jueves, 20 de septiembre de 2012

NO CREEN EN NADA


Los habitantes de este planeta en su gran mayoría no han hecho más que nacer y ya tienen una ganas enormes de morirse; cómo será de plácida su existencia. Mientras tanto otro sinfín de personas viven en la opulencia y el despilfarro. Estos, por el contrario, no creo que tengan tantas ganas de abandonar la vida entre otras cosas por que aquí se le ha ido excesivamente  bien y dudarán, caso que estimen que exista otra vida en el más allá, que pueda alcanzar las mismas vanaglorias. Por eso los ricos nunca tienen ganas de finiquitar sus vidas. Creo que es el motivo principal de su  beatitud, creen que teniendo una “ejemplaridad” en sus prácticas religiosas podrán alcanzar el Reino de los Cielos. El pobre en  cambio tiene ganas de morirse. Primero para dejar de sufrir y padecer. Segundo tiene esperanza de encontrar la paz eterna en el más allá.
No recuerdo en que país está prohibido ser ateo. Me llamó la atención esta salvedad. Lo importante no es ser católico, protestante o budista,  por citar tres ejemplos, lo importante es ser creyente de algo. Saben los regidores de ese país que cualquier religión le aconsejará líneas modélicas en su formación para desenvolverse de forma adecuada por la vida. Es una opción inteligente, de buen tino y medida. Cualquier nación o país que sea democrático persigue las mismas directrices pero con una salvedad importantísima que no prohíbe nada, ni tan siquiera el ateísmo. Cada cual que sea lo que quiera y le venga en gana. Si cada conciencia descansa en no sospechar tan siquiera que existe un dios pues muy bien, ya cree en algo, cree que no cree en nada. Existen opiniones al respecto para todos los gustos. A continuación “pegamos” una  opinión que aunque no comparto es ético su publicación al estimar que cada cual puede creer o no creer. Es la siguiente y es una respuesta a la pregunta si es malo o bueno no creer en nada:
“Es un acto de inteligencia, no sólo no creer en esas memeces mitológicas que nos cuentan (por lo general personas con una ideología política interesada en que se crea eso para hacernos olvidar otras cosas) sino que además es inteligente menospreciarlo; simplemente porque las religiones han sido históricamente un cáncer muy dañino para la humanidad y son fuente de inmoralidad ante los derechos del ser humano y una vida digna.
Claro que por el contrario sí es importante creer en la dignidad humana, en el respeto mutuo, en la propia palabra y en la integridad de uno mismo frente al resto de los humanos, dignos de respeto. Las ideas de Dios o Alá son las ideas de un dictador enano como Hitler que está interesado en contemplar el sufrimiento humano con el supuesto (y falso) objetivo de redimirse. ¿No le serviría perdonar (como Él preconiza que hagamos) y espíritus sádicos y repugnantes devolvernos al paraíso?”
Termino, que cada cual crea o no crea pero siempre con el máximo respeto a los que creen o no creen. Dios, sea cual fuere, siempre es grande,   bueno, sabio y poderoso. Cree en tí mismo, en los humanos, respeta a los demás por lo que son y merecen. Ayuda siempre que puedas y di siempre la verdad, no por los demás sino por respeto a tí mismo. La honorabilidad y la palabra es nuestro carné de identidad. Sin eso no somos nadie.

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