En todas las facetas de la vida
el factor suerte es el componente más deseado para alcanzar las metas
propuestas y también aquellas otras que sin ser planteadas en el ámbito de un
futuro llegan aún sin desearlo. El arriba firmante nunca llegó a alcanzar el
objetivo que mi padre quiso para mí, por no ir con mis deseos, tampoco logré
aquellos que me plateé desde muy joven, solo la suerte o el destino fue lo que
al fin y al cabo alcancé. No estoy quejoso, no me fue mal en tiempos también
difíciles más o menos como los de ahora, pero en línea inversa; íbamos de la nada
a la esperanza, ahora de una situación que ni soñada caminamos por la senda de
una poda en los derechos que nos va a conducir a momentos de mucha austeridad,
cuando menos.
No voy a plantear en este
Artículo de Opinión quienes son los culpables, aunque yo diría que todos
excepto aquel que ha tenido que dar el paso más desagradable con los recortes y
poner fin a una política de sus antecesores de desmadres y situaciones
deshonestas e inmorales. A pesar de todo, aquellos que prevaricaron,
incumplieron, contravinieron y vulneraron todo esto que debieron guardar con
sumo rigor son los que hoy se lanzan al cuello de los que gobiernan
precisamente amparándose en aquellas políticas de recortes necesarios para
sacar al país de la debacle en que lo dejaron. En esta situación lo mejor, creo
yo, para el país sería una colaboración honesta de abrigo político y no de
destrucción sin vista a una repesca del terreno político perdido. Pero esta
forma de actuar se consiente con más tolerancia en Andalucía.
Esta es la pura verdad, al menos
la mía que por cierto la creo acertada. Los políticos actuales llegan a la
política sin la astucia y actitud necesarias ni tampoco con la preparación
adecuada para desenvolverse en ella. A lo mejor es una perogrullada lo que voy
a exponer pero si la gran masa de políticos en su mayoría llegan del
profesorado de Primera Enseñanza, no es que no estén capacitados culturalmente
pero no lo suficiente, caso de ser elegidos para una lista que opte a la
representación en cualquier Parlamento ya sea Autonómico o Central, o bien
Local. Aquí se toca otra música con otros instrumentos. No es lo mismo la
docencia con alumnos en su primer ciclo de enseñanza que manejar temas
políticos casi todos de mucha responsabilidad.
De la misma manera que cualquier
licenciatura o profesión necesite de un doctorado, unas prácticas expertas y
beneficiosas para el desempeño eficaz y conveniente de la profesión, los
políticos deberían tener también ese período de prácticas dentro de un curso
que se diseñara para este menester. Que el diputado no sirva solo para aplaudir
o patear (cosa muy fea) cuando un compañero inicie el aplauso o el pateo. Es
mejor ir preparado en temas políticos, históricos, legislativos,
reglamentarios y contribuyentes.
Claro está que en momentos democráticos debe de haber de
todo que equivale a decir la máxima representación de todos los sectores de la
ciudadanía. Sánchez Gordillo no es un mal político ni maestro de escuela
(profesor de enseñanza) es un exaltado que sabe donde tira la piedra y no se le
vea mucho la mano. Pero válido, él y sus huestes del SAT dicen ya que merced al
asalto con robo a Mercadona se han conseguido avances laborales.
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