martes, 9 de marzo de 2010

Ana Luisa

"Información Jerez" Febrero 1999

El arriba firmante nacido en calle Juan de Torres, barrio de Santiago, bendice la hora en que mi madre me parió allí. Siempre he tenido muy claro que el lugar de nacimiento es un accidente. Bueno, pero que conste que un gallego y una onubense coparticiparon en ese prodigio de engendrarme y traerme al mundo justo al lado de Santiago el Mayor, que más da si allá al son de gaitas y muñeiras o acá a sones acompasados por bulerías....

Lo cierto y seguro es que mi corazón late en andaluz, lo que no es inconveniente para que bombee sentimientos afines a Lorca y Rosalía de Castro. Nuestro gran Federico y su “Romancero Gitano” tal vez impregnen de mayores sentimientos mi corazón; puede que sea por la proximidad que he tenido con esta raza a lo largo de mi ya dilatada vida. Lo mismo, supongo, debe de ocurrirle a mi buen amigo Juan de la Plata, el que para colmo de las dichas, no solo nació y creció en el barrio de los “pechisacaos” sino que por ventura el destino le favoreció compartiendo con una gitana su corazón.

De igual forma que estar en contacto directo con un paisaje como el que rodea a la bella Arcos de la Frontera, ilumina e inspira a poetas; jamás sucede en lugares siniestros y lúgubres, aquí en Jerez algo ha debido de ocurrir, porque bastaron dos generaciones para que esos genes que trasladé a mis hijos hicieran por yuxtaposición mella en ellos, sobre todo en el más pequeño -Antonio- un versador costumbrista, dícese él mismo Gallardiano, al que solo inspira el mundo que le rodea, y ese pequeño mundo es Jerez, sus costumbres y sus gentes.

Que más quisiera yo que mi garganta, o mis manos, o mis pies, supieran acompasar sones que fueran permisibles a una audiencia tan sabia en estas cosas del arte gitano, como son aquellas que en definitiva abarrotaran nuestro primer coso taurino para, asistiendo a un esplendoroso espectáculo flamenco, contribuir a una causa noble, como es la de hacer posible que Ana Luisa Vega vuelva a Jerez libre de la enfermedad que le impide hoy un desenvolvimiento normal. Una mujer, me consta, que cuando estuvo ágil y llena de vida lo entregó todo por sus convecinos allá en Los Viñedos; su asociación de vecinos.

Solo consigo hacer medio bien, escribir; diría que me defiendo. Por eso, Ana, quiero poner mi granito de arena para que tu corazón, mitad gachó, mitad gitano, encuentre el eco deseado por parte de todos en ese magno festival que se ha organizado a fin de garantizar unos fondos económicos -poderoso caballero es don dinero en esta España donde todo va bien- que salvaguarde tu pronta y total recuperación. Te juro que no me importaría por ti entonar, cuando estés de vuelta a casa totalmente curada, un “que a gustito estoy” al más puro estilo de Ortega Cano.

Solidaridad es una palabra a la que estoy muy vinculado; a su significado aún más. Por eso no dudo un instante que el esfuerzo que están haciendo los organizadores de este espectáculo benéfico se verá culminado, no solo con el éxito artístico que avalan las grandes figuras que intervendrán, sino aquel otro económico tan preciso y necesario para la salud de nuestra Ana Luisa. No te preocupes Ana, que Jerez, tanto gachós como gitanos, se solidarizará contigo. Un beso.

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