Desde hace algo más de un año los vecinos de la barriada de Los Laureles (Picadueña) decidieron poner vallado al perímetro de dicha urbanización con puertas de entrada y salida de control eléctrico para circulación rodada, con el beneplácito, ayuda económica y otras brevas del Delegado de Urbanismo Crisol y consentimiento de nuestra Alcaldesa Pilar Sánchez. Quiere decirse que los vecinos de la zona, principalmente los de las calles El Pino, Ronda del Pino y Cuesta de las Piedras (parte alta) quedaron aislados para un paso fluido y directo hoy a la zona comercial del Área Sur, Ikea, etc. y principalmente al Hospital de la Seguridad Social, en un pasado y presente.
Este paso, que no es propiedad de forma indivisa de los dueños de los pisos, ni de ningún otro modo, ha sido una calle por donde los vecinos arriba expresados tuvieron acceso directo para arribar a la carretera de circunvalación (hoy avenida urbana) se vieron privados de este sensato, justo y lícito derecho que les pertenece. Los vecinos de Picadueña Baja y Alta nunca discutirían este derecho si no fuera por los trastornos y perjuicios que les produce el rodeo de cuando menos un kilómetro para arribar al inicio de la Avenida Reina Sofía, que así creo se denomina la antigua circunvalación.
Es cierto que los vecinos de Los Laureles tuvieron problemas de aparcamiento de sus vehículos como consecuencia de hacerlo otros ajenos a los límites de Los Laureles (cosa que ocurre en cualquier calle, zona o urbanización). Bien es verdad que ahora con el vallado de la urbanización, sobre todo de día, aparcan fuera de sus límites provocando la ocupación de plazas en nuevas bolsas de aparcamiento que han sido creadas por el Ayuntamiento en perjuicio de los que no tienen ningún aparcamiento “asegurado”. Esto trae consigo que en horas del mediodía (para el almuerzo) se suban los vehículos a las aceras al inicio de la calle El Pino.
El arriba firmante tiene entendido que el Sr. Crisol autorizó el cercado total con la condición que las cancelas de entrada y salida estuviesen abiertas durante el día desde las 7 a las 22 horas, condición que se ha incumplido y que caso de llevarse a cabo sería una solución que contentaría a ambas partes. Los vecinos de Picadueña, en gran número, creen tener al menos un derecho adquirido en este sentido pues se les concedió –aparte que el paso no pertenece su propiedad a Los Laureles sino en todo caso al Ayuntamiento- desde la construcción de dicha barriada hace ya cuando menos de 35 a 40 años.
Ni que decir tiene que existe, sobre todo en Picadueña, un malestar muy considerable por esta anómala situación de favorecer a unos con perjuicio a otros muchos; sobre todo cuando estos tienen la necesidad de un paso urgente camino del Hospital de la Seguridad Social. Creo que los vecinos de Picadueña empiezan a pensar que han sido injustamente tratados por el Delegado Juan Pedro Crisol con el beneplácito de la Alcaldesa a pesar de la constante intermediación de la A.VV Bellos Horizontes y su Presidente Ángel Garrido. Como expongo más arriba todo quedaría resuelto con la apertura de las cancelas en las horas expresadas. Políticamente creo que sería lo más correcto y lo más “rentable”.
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