lunes, 28 de diciembre de 2009

El eterno emergente..


Este artículo fue publicado por “Información Jerez” en Noviembre de 2003


Hay quien ve el paso dado atrás por Alberto Ruiz Gallardón en Madrid, en el tema del Impuesto sobre los Bienes Inmuebles, como una bajada de pantalones. Indiscutiblemente sí que lo es, eso a nadie le cabe la menor duda. Pero ha quedado bien claro que los intereses políticos y sociales tanto en un entorno como en el otro –Ayuntamiento de Madrid y Gobierno Central- en nada se parecen y nada tiene que ver el uno con el otro. El hecho de haber intervenido el PSOE ha jugado un papel determinante para que este tema fuera por una senda adecuada que propició el encuentro Rajoy-Gallardón. L

Los socialistas y el hecho de haber intervenido con su acusación en revelar los caminos encontrados dentro del mismo Partido Popular de sus políticas sobre los Impuestos, quién sabe, si más bien, como arma arrojadiza de cara a las Elecciones Generales, ya en puertas, o con el sanísimo propósito de mirar por la economía de sus electores, ha hecho recapacitar al P.P. y obligado al alcalde de la capital del reino que no era prudente llevar a cabo subidas en los impuestos, principalmente en el IBI, dado que en el programa desarrollado de cara a las Elecciones Generales se dice, precisamente, todo lo contrario. Lo que no tengo muy claro es si Don Alberto, que no se lleva muy bien con aquellos que están en el vértice superior de la pirámide, jode la marrana con su proceder.

Quiero decir que no es solo entre los socialistas donde hay que buscar los principales opositores a la elección de Rajoy como candidato a la Presidencia. También aparecen dentro del propio partido algunos “trepas” –o lo que sea- a lo mejor me he expresado mal, he de aclarar, y por eso lo entrecomillo, que uso el vocablo con el único y sano propósito de definir a militantes que no rechazan de ninguna de las maneras a “escalar” a ese puesto privilegiado, no rechazando –incluso- llegar al lugar a fuerza de ir trepando por ser la pared por donde tienen que acceder “excesivamente vertical”, donde alcanzar el vértice de la pirámide es sumamente difícil, más por las aristas o salientes de su superficie –donde aún no llegaron las bonanzas democráticas que las limara- que por cualquier otra circunstancia.

Creo firmemente que Gallardón con su proceder lo que ha hecho es, aún a costa de perjudicar a su propio partido, al menos se ha atrevido a poner un buen par de banderillas de castigo, hacerse notar, decir aquí estoy yo y conmigo también hay que contar. Como excelente político que es, incluso se ha valido de Ana Botella –que como se sabe forma parte del Gobierno Municipal del Ayuntamiento de Madrid- para sacar adelante, con su voto, determinadas cuestiones, algunas nada agradables –digamos excesivamente dulces- de cara a los intereses políticos de su marido, el Presidente del Gobierno José María Aznar. Una vez más Gallardón sale a flote muy a pesar de aquellos que quieren torpedearlo por debajo de su línea de flotación. Creo que Ruiz Gallardón tiró la piedra, enseñando los dientes. Una vez más emerge.

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