Este blog se hace con la intención de recopilar una suma importante de artículos publicados por el autor, en "Información Jerez". Se invita a colaborar en el mismo a quienes lo deseen. Se incluirán, igualmente, artículos de Opinión de palpitante actualidad.
jueves, 26 de noviembre de 2009
El futuro de los toros.
Que no me gusten las corridas o el mundo de los toros no quiere decir que esté en total desacuerdo con este tipo de espectáculo. Personalmente, a lo mejor con la introducción de ciertas modificaciones en las reglas que lo rigen, puede que tuviera en mí la denominada “Gran Fiesta Nacional” un incondicional más. Dudo mucho, por razones obvias, que esto pueda suceder algún día; ni los puristas van a permitir tal cosa ni el arriba firmante tiene peso suficiente (ni poco ni mucho, ninguno) para conseguir no dar muerte al animal en el mismo ruedo o no permitir que la “lucha” en solitario del bravo e irracional astado sea tan desigual con respecto al resto de los que intervienen en el festejo.
Por otro lado observo que se pondera sobremanera a aquellos toreros de antaño: Joselito, Juan Belmonte, Marcial Lalanda, etc. De algunos de ellos apenas si existe filmografía alguna y lo poco que se ve es como para echarse a llorar, un toreo más propio de espectáculo cómico que cualquier otra cosa; mantazos van y mantazos vienen. No digamos nada del volumen, por tanto también peso, de los animales lidiados; cuanto lejos de la realidad que nos han contado. Otra cosa son las instantáneas fotográficas, reflejan solo un instante (un segundo) de, a lo mejor, una catastrófica e interminable faena,
Estoy seguro de que los toreros, como también los futbolistas de hoy, son sin género de duda técnicamente mucho mejores que los míticos personajes de antaño. Este criterio se refiere en un contexto general no, en cambio, de forma particular o personal. Tanto el fútbol como el toreo han evolucionado positivamente en este sentido, la única salvedad es que el toreo era y sigue siendo una auténtica salvajada que no engatusa ya ni a los propios turistas. Para torear bien hay que cargar la suerte, vaciar al toro con mando y prestigio, para después seguir cargando la suerte y recomenzar la faena. Pero para eso hay que exigir el toro bravo y fiero, y a los toreros, sobre todo, que toreen y no engañen. .
Confieso que no me gasto un euro para ver una corrida de toros, al menos mientras no se cumplan esos pequeños requisitos expuestos. Soy muy sinceramente amigo de los animales y no me agrada verlos sufrir. Comprendo que la razón de ser del toro de lidia está en los ruedos, de la misma forma que el pavo en Navidad está en la cazuela, al que ya –por cierto- nadie quiere ser el autor de los últimos instantes de su vida. Es un claro ejemplo del nivel de sensibilidad en general de las personas.
He visto, en cambio, a través de la televisión casi todas las corridas de las Fiestas de San Isidro. Ni que decir tiene que en el momento justo en que el torero reemplazaba el estoque de madera por el de acero cambiaba de canal. A pesar de ello en más de una ocasión, como consecuencia de haberse prolongado en el tiempo dar muerte al animal (múltiples pinchazos, estoconazos, descabellos, etc) me tuve que tragar ciertas escenas bastantes desagradables. Por ello el matador perdió determinados trofeos; tampoco lo entiendo. El futuro dependerá del buen aficionado que, afortunadamente, no es el de hace sesenta, o más, años.
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