viernes, 27 de noviembre de 2009

Fábrica de botellas.


No encuentro palabras para definir qué está ocurriendo en Jerez con el tema del cierre de la fabrica de botellas; una empresa que radica en Jerez yo que sé el tiempo. Han desfilado por ella, en toda su historia, miles de jerezanos que corresponden a otras tantas familias. Quiero decir que bastantes familias dependieron durante muchos años de los beneficios que aportaban los salarios correspondientes. De buenas a primeras empieza a rumorearse su cierre, tras el mismo surgen nuevos relativos al traslado de la fabrica a lugares alejados del centro urbano; recalificación de los terrenos que se ceden y, bueno, cuando parecía que todo marchaba por buen camino para ambas partes –Ayuntamiento y Vicasa- ésta última se planta con los brazos en jarras, dice esta boca es mía y solo para decir que el cierre es inminente y donde dije digo ahora digo “diego”. ¿Qué os parece? No tiene explicación alguna, -no digo que no tenga definición- el arriba firmante cuando menos no se la encuentra, aunque debo de pensar que algo impertinente ha debido de ocurrir por una parte para que la otra no encuentre de nuevo el camino dialogante que surta los efectos positivos apetecidos y anhelados.

Está claro, las bodegas sin los envases de cristal no pueden estar, no podrán envasar a no ser que lo hagan en brick y por mi “mare de mi alma” que yo no vea nunca un fino u oloroso de Jerez en este tipo de envase, sin el acto ceremonioso del pequeño estampido del descorche y privado del escanciado sobre un catavino jerezano. Pero vamos nunca ocurrirá lo comentado cuando tengo entendido que ya están entrando las botellas de vidrio procedentes de Italia en alguna que otra bodega del Marco. Cosa esta que se debe de evitar por todos los medios habidos y por haber. Podemos ser todo lo europeísta que se quiera pero nunca primandón y tonto lava; al menos mientras no se aclare la situación laboral de esos casi tres centenares de trabajadores que hasta ahora tienen pocas esperanzas de solución de sus problemas.

El pasado martes se organizó una manifestación en apoyo al no cierre de Vicasa, que resultó multitudinaria. Se calcula que acudieron del orden de entre cinco y siete mil personas, procedentes de todos los estamentos sociales, laborales, sindicales, partidos políticos y por supuesto sindicatos, Ayuntamientos que se supone han de convencer a la multinacional francesa para que el “cerrojazo” se dé a la inversa, o sea, para abrir de nuevo las puertas de nuestra fábrica de botellas, que esperamos sea pronto, de inmediato.

En estos momentos de voraz crisis económica que padecemos, no podemos permitir que se pierda ni tan siquiera una “hilacha” del tejido industrial ni jerezano ni de otra parte de nuestra geografía andaluza. He oído declaraciones para todos los gustos de sindicalista y políticos. Creo que, entre todos, destaca las que hizo el ex alcalde de Jerez Pedro Pacheco. Entre otras cosas dijo que “todas las administraciones y sindicatos conocía desde hace un año el traslado y no hicieron nada por evitarlo”. Continuaba declarando que “movilizar las bases era un pariré cuando ya los dirigentes tienen todo amarrado, es el problema de la concertación social”. Decía Pacheco que su familia había estado vinculada bastante tiempo a la fábrica de botellas –su padre trabajó en ella durante años, incluso él mismo- y no me agrada cuanto está ocurriendo.

De todas formas puede decirse que el mundo obrero, sobre todo de Jerez y la provincia, ha respondido a la llamada de sindicatos y partidos políticos y que la manifestación organizada bajo el lema de “no al cierra de Vicasa” ha sido todo un éxito de participación. que lo será aún más grande si se consiguen los objetivos pregonados en la misma.

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