Publicado en "Información Jerez" en Diciembre de 2002
Antes; quiero decir hace treinta o cuarenta años, cuando alguien se casaba “era para toda la vida”. Pero los que hoy obran y piensan así son una especie en peligro de extinción, como el lince o el buitre leonado. Estamos en una sociedad en la que el divorcio es el pan nuestro de cada día. No sé que pasa, aunque lo imagino, conozco parejas que un buen día decidieron unir sus vidas sin estar casados, ni por la Iglesia ni por lo Civil- que a juzgar de muchos es el matrimonio “verdadero”- ustedes saben, cuestión económica, consiguieron el primer empleo con treinta y tantos años y ya no había ocasión material para andar perdiendo más tiempo con monsergas ni coñas ceremoniosas. Bueno, pues este tipo de pareja viven unidos sin problemas de ningún tipo hasta tanto un buen día deciden regular o normalizar su situación; o sea, se casan. El matrimonio dura, como mucho, dos años, tras los cuales deciden separarse y empiezan a ser sólo buenos amigos como personas, dicen, civilizadas que son. Los hijos empiezan a sufrir las consecuencias.
Puede que exista algún tipo de “pegamento” para tener unidas a las parejas de hecho. Una de esas causas es que son tan buenos amigos como amantes. No quiero polemizar en torno al matrimonio eclesiástico porque las directrices que lo rigen son tajantes y no contemplan, prácticamente, situaciones aceptables para romper el matrimonio: Hasta que la muerte nos separe. Mientras tanto, solo la fe será quién garantice a perpetuidad un matrimonio maltrecho. Con Franco si la mujer, o el hombre, (que era lo más fácil que ocurriera) era infiel al cónyuge, y si ambos tenían una situación social de cierta relevancia, era matrimonio condenado (para no dar el “escándalo”) a seguir viviendo bajo el mismo techo hasta que “la muerte los separara”. Si alguien preguntaba si la mujer le engañaba la contestación podía ser –Muuuuu, murmuraciones de la gente. Así toda una vida.
Ahora me explico por qué existen tantos divorcios de cierta parte para acá. Ocurría que las infidelidades antaño no salían a luz pública y como el binomio Iglesia-Estado fue, igualmente, indisoluble, llegó el momento que solo la muerte lo separó. Ahora, por lo que se ve, no son los santos los que obran ya los milagros; la Iglesia no quiere tan siquiera oír hablar de nuevas maravillas. En el tiempo presente los hace la democracia; sus leyes, la pluralidad política y religiosa, las libertades y hasta el vertido del “Prestige”, que se va a cargar a Aznar; como si el pobre hombre tuviera la culpa de que el capitán del petrolero, fuera un mamonazo.
Lo verdadero es que no hay prácticamente analfabetismo, que todos los ciudadanos optan a la sanidad pública, hay acceso a los estudios universitarios, cuando rompe un matrimonio ambos cónyuges rehacen sus vidas, está en vía de solución el problema de las mujeres maltratadas. En el anterior régimen político no se denunciaban las violaciones, si se hacían era con cierto temor ¡¡¡Me han violado!!! - ¿Contra su voluntad? Al ver la cara del comisario contestaban ¡No, contra la pared!
Este blog se hace con la intención de recopilar una suma importante de artículos publicados por el autor, en "Información Jerez". Se invita a colaborar en el mismo a quienes lo deseen. Se incluirán, igualmente, artículos de Opinión de palpitante actualidad.
jueves, 28 de enero de 2010
Reumatología del Hospital y mi "recova"
Publicado en "Información Jerez" en Noviembre ded 2001.
Voy a contarles a ustedes lo que a mí me ha sucedido..... No, no crean que voy a rememorar la canción “Suspiros de España” de Concha Piquer, aunque ello no quiere decir que en mi narración no falten sollozos y hasta desesperación. Es que nuestra Seguridad Social motiva eso y mucho más. Sabía que nuestro primer hospital estaba falto de aparcamientos suficientes para automóviles, aparcar debidamente pasadas las 10 h. es gracias a infraestructuras cedidas, aunque deficientes, por particulares; también conocía que los viales de acceso al centro sanitario son tercer mundistas; advertía las famosísimas listas de espera. En fin me percataba de todo eso y mucho más, pero a fuerza de ser “masoquista”, termina uno acomodándose a cualquier tema relacionado con la salud pública; creo que muy mal por falta de organización y control que no por falta de presupuesto adecuado.
Ya digo, aunque "maso" confeso, ha sido tan fuerte el castigo recibido –esta vez por el servicio de reumatología del Hospital del SAS- que no he tenido más remedio que elevar la consiguiente denuncia a instancias superiores a fin de buscar soluciones a lo que considero, repito, un desenfreno en los desaciertos con los pacientes; más si, como en mi caso, interviene una señorita ATS que justo es decir se colmó de “gloria” queriendo dar solución a mi incertidumbre a través de una vía rápida y expeditiva, como veremos más adelante.
Hace un año como consecuencia de una revisión médica no pueden hacerle a mi esposa una densitometría ósea, necesaria para saber el estado de su osteoporosis, por estar –me dicen- la máquina averiada; cosa que no me extrañó por ser muy habitual y frecuente que esto ocurra. La única solución alternativa es posponer a los pacientes y exponerlos al terror de nuevas listas de espera. ¿Pero qué se creen ustedes que ha pasado después de haber trascurrido un nuevo año? Sencillamente, que la maquinita dichosa que está capacitada para medir la densidad de calcio en los huesos otra vez está averiada. Tócate los cojones y suspira fuerte y profundo para no desmayarte. Eso sí, tuvieron la “atención” de llamarme a casa por teléfono para darme la buena nueva y que no me presentara a la consulta. No hice caso, claro; me presenté.
Fue para nada. La enfermera (aquí comienza la desfachatez) no me dejó pasar al médico porque mi cita era para la densitometría y no para la consulta. Me dijo que si quería visitar al médico tenía que coger una nueva cita; o sea, cinco meses más de espera. Me toqué nuevamente allí, donde mismo lo hice antes, pero ya estaban cascados. Pero no crean ustedes que queda ahí la cosa. Reclamé a la susodicha enfermera, puesto que me impedía la entrada para consultar con el médico, una solución alternativa a muestra problemática –como por ejemplo el envío a otro centro sanitario y si este inconveniente surgido producía variación en el tratamiento-, me contestó que la Seguridad Social no prestaba ese servicio de densitometría, que si se había estado haciendo fue como consecuencia que unos Laboratorios farmacéuticos habían regalado al médico dicha máquina y que éste la había puesto al servicio de los pacientes del SAS. En un gesto intuitivo e involuntario me volví a echar manos allí y quedé, aparte de confuso, bastante jodído. Lo confieso.
Sí, la Seguridad Social a pesar del macro presupuesto económico que la sostiene necesita de los regalos de un Laboratorio de medicinas para poder llevar a cabo densitometrías. No me queda otra opción que elevar la consiguiente denuncia a través del Libro de Reclamaciones y esperar a que los Laboratorios en cuestión reparen el aparatito que fue enviado, parece ser, a Barcelona. Mientras tanto he pedido cita en la consulta de un reumatólogo particular para que haga la densitometría. Me cuesta la suma de 16.000 (dieciséis mil) pesetas que espero sean abonadas por quién corresponda. Mientras tanto busco, igualmente, reparación para mi recova que de tanto padecer ha quedado algo mal parada.
Voy a contarles a ustedes lo que a mí me ha sucedido..... No, no crean que voy a rememorar la canción “Suspiros de España” de Concha Piquer, aunque ello no quiere decir que en mi narración no falten sollozos y hasta desesperación. Es que nuestra Seguridad Social motiva eso y mucho más. Sabía que nuestro primer hospital estaba falto de aparcamientos suficientes para automóviles, aparcar debidamente pasadas las 10 h. es gracias a infraestructuras cedidas, aunque deficientes, por particulares; también conocía que los viales de acceso al centro sanitario son tercer mundistas; advertía las famosísimas listas de espera. En fin me percataba de todo eso y mucho más, pero a fuerza de ser “masoquista”, termina uno acomodándose a cualquier tema relacionado con la salud pública; creo que muy mal por falta de organización y control que no por falta de presupuesto adecuado.
Ya digo, aunque "maso" confeso, ha sido tan fuerte el castigo recibido –esta vez por el servicio de reumatología del Hospital del SAS- que no he tenido más remedio que elevar la consiguiente denuncia a instancias superiores a fin de buscar soluciones a lo que considero, repito, un desenfreno en los desaciertos con los pacientes; más si, como en mi caso, interviene una señorita ATS que justo es decir se colmó de “gloria” queriendo dar solución a mi incertidumbre a través de una vía rápida y expeditiva, como veremos más adelante.
Hace un año como consecuencia de una revisión médica no pueden hacerle a mi esposa una densitometría ósea, necesaria para saber el estado de su osteoporosis, por estar –me dicen- la máquina averiada; cosa que no me extrañó por ser muy habitual y frecuente que esto ocurra. La única solución alternativa es posponer a los pacientes y exponerlos al terror de nuevas listas de espera. ¿Pero qué se creen ustedes que ha pasado después de haber trascurrido un nuevo año? Sencillamente, que la maquinita dichosa que está capacitada para medir la densidad de calcio en los huesos otra vez está averiada. Tócate los cojones y suspira fuerte y profundo para no desmayarte. Eso sí, tuvieron la “atención” de llamarme a casa por teléfono para darme la buena nueva y que no me presentara a la consulta. No hice caso, claro; me presenté.
Fue para nada. La enfermera (aquí comienza la desfachatez) no me dejó pasar al médico porque mi cita era para la densitometría y no para la consulta. Me dijo que si quería visitar al médico tenía que coger una nueva cita; o sea, cinco meses más de espera. Me toqué nuevamente allí, donde mismo lo hice antes, pero ya estaban cascados. Pero no crean ustedes que queda ahí la cosa. Reclamé a la susodicha enfermera, puesto que me impedía la entrada para consultar con el médico, una solución alternativa a muestra problemática –como por ejemplo el envío a otro centro sanitario y si este inconveniente surgido producía variación en el tratamiento-, me contestó que la Seguridad Social no prestaba ese servicio de densitometría, que si se había estado haciendo fue como consecuencia que unos Laboratorios farmacéuticos habían regalado al médico dicha máquina y que éste la había puesto al servicio de los pacientes del SAS. En un gesto intuitivo e involuntario me volví a echar manos allí y quedé, aparte de confuso, bastante jodído. Lo confieso.
Sí, la Seguridad Social a pesar del macro presupuesto económico que la sostiene necesita de los regalos de un Laboratorio de medicinas para poder llevar a cabo densitometrías. No me queda otra opción que elevar la consiguiente denuncia a través del Libro de Reclamaciones y esperar a que los Laboratorios en cuestión reparen el aparatito que fue enviado, parece ser, a Barcelona. Mientras tanto he pedido cita en la consulta de un reumatólogo particular para que haga la densitometría. Me cuesta la suma de 16.000 (dieciséis mil) pesetas que espero sean abonadas por quién corresponda. Mientras tanto busco, igualmente, reparación para mi recova que de tanto padecer ha quedado algo mal parada.
miércoles, 27 de enero de 2010
Retales de mis lecturas.
Publicado en "Información Jerez" en Enero de 2004
A mis hijos para que sepan inculcar
a los suyos la preciada dádiva de la lectura.
He de confesar que siendo muy joven, tal vez tuviera no más de 15 o 16 años, leía muchas novelas de “El Coyote”; aquel personaje mexicano y legendario que hacia las delicias, por qué negarlo, del arriba firmante, así como también aquellas otras cuya trama, como su nombre indicaba, se centraba en la Central de Inteligencia Americana, eran las novelas del F.B.I. cuyos personajes, agentes secretos, superaban todo tipo de dificultades y siempre salían victoriosos de sus inauditas y difíciles misiones. Eran, sin duda, caldo de cultivo para futuros lectores en germen.
Recuerdo que de la serie “El Coyote” solía rechazar todas las novelas que no estuvieran escritas por José Mallorquí. Era santa devoción la que le profesaba –y le sigo reconociendo- a este autor de novelas cortas. Más tarde he llegado a conocer que el novelista contribuyó como traductor, junto a Hipkiss, de las novelas de La sombra, Hill Barnes o Doc Savage. José Mallorquí, cuando aún en España apenas si se conocían las novelas de ciencia ficción, se percató de ello y propuso un ambicioso proyecto que llevó a cabo más bien mal; como bien pudo. Prácticamente ninguna editorial española se interesó de esta propuesta que tan buenos dividendos y fama ha prodigado a novelistas posteriores. Tan solo una editorial le permitió llevar a cabo este programa pero con la condición que le entregara el trabajo prácticamente terminado, incluso incluyendo las portadas. La gran mayoría de números de la colección "Futuro" fueron escritas por José Mallorquí y adaptó, más bien como le vino en gana, muchas novelas de ficción anglo sajonas, utilizando algunos pseudónimos tales como J, Hill.
Aparte del personaje El Coyote me atrevería a decir que José Mallorquí sintió verdadera predilección por el capitán Rido, héroe de todo el comienzo de la colección Futuro. Su figura, siempre cerca de la del comandante Kirk de la nave espacial Enterprise en su afán de conquistar el espacio. Mallorquí catalogaba a su personaje como un héroe romántico. “Él, como los viejos navegantes del siglo XV, conducía su nave con las manos sobre las palancas de sus timones”.
Con los comienzos de la novela popular la gran mayoría de los géneros: aventuras exóticas, novelas rosa, clásicos del folletín, historias de detectives y las inmortales novelas del oeste americano, fueron tocados y tratados ampliamente. La ciencia ficción, como he dejado entrever, no tuvo excesivo éxito en aquellos momentos y los autores que se atrevieron a escribir sobre el tema no resistieron de ninguna manera y forma el paso del tiempo. Me parece ilusionante que, sobre todo la prensa nacional, esté incorporando a sus suplementos narraciones en formato “tebeo” de aquellos personajes que hicieron sumamente felices a todos los niños de la post guerra civil española.
Me pregunto muchas veces con qué tipo de lectura se inician los adolescentes del presente. Puede que sea un perfecto desconocedor de los gustos que nuestros chavales de hoy poseen. Pero estoy totalmente seguro que tienen más medios a su alcance que los que poseíamos los de mi edad, pero me llama poderosamente la atención que se estén reeditando constantemente –por cierto a precio desorbitado- publicaciones de la década de los cuarenta y cincuenta, en formato de álbum, dirigidas más bien a captar añoranzas y nostalgias de nuestra lejana adolescencia que embarcar a los niños de hoy en el saludable propósito de la lectura
A mis hijos para que sepan inculcar
a los suyos la preciada dádiva de la lectura.
He de confesar que siendo muy joven, tal vez tuviera no más de 15 o 16 años, leía muchas novelas de “El Coyote”; aquel personaje mexicano y legendario que hacia las delicias, por qué negarlo, del arriba firmante, así como también aquellas otras cuya trama, como su nombre indicaba, se centraba en la Central de Inteligencia Americana, eran las novelas del F.B.I. cuyos personajes, agentes secretos, superaban todo tipo de dificultades y siempre salían victoriosos de sus inauditas y difíciles misiones. Eran, sin duda, caldo de cultivo para futuros lectores en germen.
Recuerdo que de la serie “El Coyote” solía rechazar todas las novelas que no estuvieran escritas por José Mallorquí. Era santa devoción la que le profesaba –y le sigo reconociendo- a este autor de novelas cortas. Más tarde he llegado a conocer que el novelista contribuyó como traductor, junto a Hipkiss, de las novelas de La sombra, Hill Barnes o Doc Savage. José Mallorquí, cuando aún en España apenas si se conocían las novelas de ciencia ficción, se percató de ello y propuso un ambicioso proyecto que llevó a cabo más bien mal; como bien pudo. Prácticamente ninguna editorial española se interesó de esta propuesta que tan buenos dividendos y fama ha prodigado a novelistas posteriores. Tan solo una editorial le permitió llevar a cabo este programa pero con la condición que le entregara el trabajo prácticamente terminado, incluso incluyendo las portadas. La gran mayoría de números de la colección "Futuro" fueron escritas por José Mallorquí y adaptó, más bien como le vino en gana, muchas novelas de ficción anglo sajonas, utilizando algunos pseudónimos tales como J, Hill.
Aparte del personaje El Coyote me atrevería a decir que José Mallorquí sintió verdadera predilección por el capitán Rido, héroe de todo el comienzo de la colección Futuro. Su figura, siempre cerca de la del comandante Kirk de la nave espacial Enterprise en su afán de conquistar el espacio. Mallorquí catalogaba a su personaje como un héroe romántico. “Él, como los viejos navegantes del siglo XV, conducía su nave con las manos sobre las palancas de sus timones”.
Con los comienzos de la novela popular la gran mayoría de los géneros: aventuras exóticas, novelas rosa, clásicos del folletín, historias de detectives y las inmortales novelas del oeste americano, fueron tocados y tratados ampliamente. La ciencia ficción, como he dejado entrever, no tuvo excesivo éxito en aquellos momentos y los autores que se atrevieron a escribir sobre el tema no resistieron de ninguna manera y forma el paso del tiempo. Me parece ilusionante que, sobre todo la prensa nacional, esté incorporando a sus suplementos narraciones en formato “tebeo” de aquellos personajes que hicieron sumamente felices a todos los niños de la post guerra civil española.
Me pregunto muchas veces con qué tipo de lectura se inician los adolescentes del presente. Puede que sea un perfecto desconocedor de los gustos que nuestros chavales de hoy poseen. Pero estoy totalmente seguro que tienen más medios a su alcance que los que poseíamos los de mi edad, pero me llama poderosamente la atención que se estén reeditando constantemente –por cierto a precio desorbitado- publicaciones de la década de los cuarenta y cincuenta, en formato de álbum, dirigidas más bien a captar añoranzas y nostalgias de nuestra lejana adolescencia que embarcar a los niños de hoy en el saludable propósito de la lectura
Regañina injusta.
Publicado en "Información Jerez" en Febrero de 2005
Su Santidad Juan Pablo II es verdad, no hay más que verlo, está bastante mal, muy deteriorado –más que por los años, que cuenta muchos, por su Parkinson- pero ha tenido arrestos y fuerzas suficientes; primero para ir saliendo de este ultimo arrechucho, de lo cual me alegro y celebro, y también para enviar una muy severa regañina a nuestro Presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero. Con todo el respeto que me merece el Papa, tanto por su senectud como por lo que representa, no estoy muy de acuerdo por lo que significa de injerencia en política interna; máxime dentro de un Estado aconfesional en el que ninguna religión tiene carácter estatal.
Si mal no recuerdo la Iglesia Católica es subvencionada por el Estado como consecuencia de la firma del Concordato Iglesia-Estado; acaecido precisamente antes de entrar en funcionamiento nuestra Constitución, dice que la Iglesia debe de autofinanciarse con las contribuciones que los fieles hacen a través de la Declaración de la Renta (IRPF). El Ejercicio pasado recaudó 90 millones de euros, pero como parece ser no le salen las cuentas se acordó –sin pasar el más mínimo análisis constitucional- una ayuda hasta llegar al montante de 138 millones de euros, más obras de conservación de iglesias, exención de impuestos y otros.
Por otro lado, no nos engañemos, la Iglesia Católica comienza a mover todos sus medios, modos y prácticas en pro de una campaña en contra de posibles leyes que vayan a permitir el matrimonio “gay”. Esto motiva que se estén haciendo valoraciones para solicitar la ilegalización de la Iglesia por atentar contra los derechos humanos. El asunto tiene migas y observo que existen demasiadas personas un tanto obsesionadas por estas cuestiones dimanantes del “sexo”. El arriba firmante cree que la opción sexual no debe de discriminar a ningún ciudadano, ni tampoco que esa otra unión heterosexual –considerado el matrimonio “verdadero”- justificarlo como único legal por su condición de matrimonio “procreador”.
En fin, también hay quienes justifican, y no debe ser el caso, los comportamientos homosexuales de aquellos dentro de la Iglesia donde existe en alguna comunidad verdaderos problemas de conducta sexual; por ejemplo en Austria, donde significativos miembros observan grandes problemas en su conducta sexual. Tampoco, ya digo, debe ser querer justificar tales prácticas, en determinado sector, como defensa y respuesta a una posición general equivocada de la Iglesia en estos conceptos. Claro está que tal como están las cosas en la Iglesia con respecto al tema sexual, no cabe la menor duda que uno se puede explicar ahora el por qué fue suspendido en sus funciones el cura José Mantero.- Lo que no tengo muy claro es si fue suspendido por ser “gay” o por no ser célibe.
Lo que es claro que la Iglesia en estos casos de pederastia –delito tipificado en el Código Penal- no ha condenado a ninguno de los curas que han sido denunciados, lo que supone –al menos hace pensar- una doble moral o forma de encauzar y culminar este tipo de delitos dentro de su propia casa. No obstante, todo hay que decirlo, Mantero se me antoja aparte de gay, un vulgar tramposo, que incumple sus compromisos sociales, libremente adquiridos de servir y obedecer a la Iglesia.
Su Santidad Juan Pablo II es verdad, no hay más que verlo, está bastante mal, muy deteriorado –más que por los años, que cuenta muchos, por su Parkinson- pero ha tenido arrestos y fuerzas suficientes; primero para ir saliendo de este ultimo arrechucho, de lo cual me alegro y celebro, y también para enviar una muy severa regañina a nuestro Presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero. Con todo el respeto que me merece el Papa, tanto por su senectud como por lo que representa, no estoy muy de acuerdo por lo que significa de injerencia en política interna; máxime dentro de un Estado aconfesional en el que ninguna religión tiene carácter estatal.
Si mal no recuerdo la Iglesia Católica es subvencionada por el Estado como consecuencia de la firma del Concordato Iglesia-Estado; acaecido precisamente antes de entrar en funcionamiento nuestra Constitución, dice que la Iglesia debe de autofinanciarse con las contribuciones que los fieles hacen a través de la Declaración de la Renta (IRPF). El Ejercicio pasado recaudó 90 millones de euros, pero como parece ser no le salen las cuentas se acordó –sin pasar el más mínimo análisis constitucional- una ayuda hasta llegar al montante de 138 millones de euros, más obras de conservación de iglesias, exención de impuestos y otros.
Por otro lado, no nos engañemos, la Iglesia Católica comienza a mover todos sus medios, modos y prácticas en pro de una campaña en contra de posibles leyes que vayan a permitir el matrimonio “gay”. Esto motiva que se estén haciendo valoraciones para solicitar la ilegalización de la Iglesia por atentar contra los derechos humanos. El asunto tiene migas y observo que existen demasiadas personas un tanto obsesionadas por estas cuestiones dimanantes del “sexo”. El arriba firmante cree que la opción sexual no debe de discriminar a ningún ciudadano, ni tampoco que esa otra unión heterosexual –considerado el matrimonio “verdadero”- justificarlo como único legal por su condición de matrimonio “procreador”.
En fin, también hay quienes justifican, y no debe ser el caso, los comportamientos homosexuales de aquellos dentro de la Iglesia donde existe en alguna comunidad verdaderos problemas de conducta sexual; por ejemplo en Austria, donde significativos miembros observan grandes problemas en su conducta sexual. Tampoco, ya digo, debe ser querer justificar tales prácticas, en determinado sector, como defensa y respuesta a una posición general equivocada de la Iglesia en estos conceptos. Claro está que tal como están las cosas en la Iglesia con respecto al tema sexual, no cabe la menor duda que uno se puede explicar ahora el por qué fue suspendido en sus funciones el cura José Mantero.- Lo que no tengo muy claro es si fue suspendido por ser “gay” o por no ser célibe.
Lo que es claro que la Iglesia en estos casos de pederastia –delito tipificado en el Código Penal- no ha condenado a ninguno de los curas que han sido denunciados, lo que supone –al menos hace pensar- una doble moral o forma de encauzar y culminar este tipo de delitos dentro de su propia casa. No obstante, todo hay que decirlo, Mantero se me antoja aparte de gay, un vulgar tramposo, que incumple sus compromisos sociales, libremente adquiridos de servir y obedecer a la Iglesia.
Reculeos a babor.
Publicado en "Información Jerez" en Dicieembre de 2002
No me agrada que los políticos se peleen entre sí, parece como si no tuvieran otra cosa que hacer, cuando en verdad su misión -aquellos que fueron elegidos para gobernar- no es otra que trabajarr en ello, y hacer oposición aquellos otros que quedaron en puertas. No entiendo tampoco que el hecho de estar en la oposición conlleve el desacuerdo en todo con aquellos que mandan. Hay que ver de qué forma se lleva todo el santo día Rodríguez Zapatero zamarreando a Aznar. Yo creo, lo juro, que de tanta caña nadie se cree ya ni la cuarta parte de todo lo que dice y hace. Bajo mi punto de vista se está quemando bastante más, mucho más, que cualquier componente del Gobierno; incluyendo el propio Aznar, que como ya se sabe desde que inició este mandato ya dijo que no volvería a presentarse a reelección.
A todo esto y a estas alturas todavía no se sabe quién será el pretendiente a la sucesión de José María Aznar. Para unos lo será Rodrigo Rato, para otros Mayor Oreja y para la gran mayoría Mariano Rajoy; o sea, que la fogata no echa humo ninguno, lo que quiere decir que nadie ha alimentado la más mínima energía a los leños de la misma. Esa ventaja tienen, no lo duden, mientras que el socialista se chamusca constantemente animado por unas encuestas que dicen está cerca a no sé cuantos puntos de los populares. Me da la impresión que Rodríguez Zapatero, de tanto como casca, machacó –sálvese las partes de Rajoy- y éste ha lanzado el guante de verse la cara con él en el Parlamento, lugar dónde explicará todo cuanto se ha hecho para controlar los vertidos del “Prestige”. La reacción no se ha dejado esperar y empiezan a producirse los reculeos, han recogido el guante lanzado e irán a parlamentar, pero no para debatir sobre las declaraciones realizadas a los medios, sino más bien para buscar conjuntamente soluciones. A buenas horas mangas verdes. La nave política, sobre todo a babor, rectifica el rumbo de sus declaraciones electoralistas.
Se hacen muchas quinielas sobre quién será el elegido para optar, por el Partido Popular, a la Presidencia del Gobierno de la Nación. Si digo verdad, como muchos, incluso del propio partido, no tengo ni pajolera idea de quién será. Lo que sí sé es que cuando llegue el que sea llegará en un estado de “virginidad” absoluta, sin mancha de “pecado original”, totalmente limpio y aseado de falta alguna. En ese momento será cuando inicie su carrera en pos de la presidencia del país. Cuando llegue ese momento Zapatero en un estado casi de ignición, quedará tan solo el rescoldo de un excelente sucesor a un felipismo que, según algunos, está caduco y trasnochado. Para colmo de colmo quieren echar fuera de la cárcel a Luís Roldán, para desgracia de muchos un socialista que nunca mereció dicha denominación, pero que aireará y recordará la triste decadencia de una época cuyos balbuceos, nadie quiere recordar; ni ellos mismos.
Aún con el apoyo, divino sostén de los votos andaluces y extremeños, los socialistas no lograrán gobernar a la Nación. Quiere decir ello que será, aunque nuevamente se consiga el banco de la Oposición, un rotundo fracaso. Pero no solo para el partido del puño y la flor, sino para un Rodríguez Zapatero que verá como cuatro años más allá estará imposibilitado, maniatado y, quién sabe si manipulado, para dejar el camino expedito a otros que, más veteranos y experimentados, llegarán pletóricos y henchidos buscando aquel poderío perdido. Rodríguez Zapatero habrá sido un hombre perfecto para obrar el milagro de la transición dentro de su partido, el puente de unión entre la época feliz y, no menos sobresaliente, de un felipismo “reinante” y otra que, aunque hoy sea incógnita a despejar, sugiere renacimiento esplendoroso.
No me agrada que los políticos se peleen entre sí, parece como si no tuvieran otra cosa que hacer, cuando en verdad su misión -aquellos que fueron elegidos para gobernar- no es otra que trabajarr en ello, y hacer oposición aquellos otros que quedaron en puertas. No entiendo tampoco que el hecho de estar en la oposición conlleve el desacuerdo en todo con aquellos que mandan. Hay que ver de qué forma se lleva todo el santo día Rodríguez Zapatero zamarreando a Aznar. Yo creo, lo juro, que de tanta caña nadie se cree ya ni la cuarta parte de todo lo que dice y hace. Bajo mi punto de vista se está quemando bastante más, mucho más, que cualquier componente del Gobierno; incluyendo el propio Aznar, que como ya se sabe desde que inició este mandato ya dijo que no volvería a presentarse a reelección.
A todo esto y a estas alturas todavía no se sabe quién será el pretendiente a la sucesión de José María Aznar. Para unos lo será Rodrigo Rato, para otros Mayor Oreja y para la gran mayoría Mariano Rajoy; o sea, que la fogata no echa humo ninguno, lo que quiere decir que nadie ha alimentado la más mínima energía a los leños de la misma. Esa ventaja tienen, no lo duden, mientras que el socialista se chamusca constantemente animado por unas encuestas que dicen está cerca a no sé cuantos puntos de los populares. Me da la impresión que Rodríguez Zapatero, de tanto como casca, machacó –sálvese las partes de Rajoy- y éste ha lanzado el guante de verse la cara con él en el Parlamento, lugar dónde explicará todo cuanto se ha hecho para controlar los vertidos del “Prestige”. La reacción no se ha dejado esperar y empiezan a producirse los reculeos, han recogido el guante lanzado e irán a parlamentar, pero no para debatir sobre las declaraciones realizadas a los medios, sino más bien para buscar conjuntamente soluciones. A buenas horas mangas verdes. La nave política, sobre todo a babor, rectifica el rumbo de sus declaraciones electoralistas.
Se hacen muchas quinielas sobre quién será el elegido para optar, por el Partido Popular, a la Presidencia del Gobierno de la Nación. Si digo verdad, como muchos, incluso del propio partido, no tengo ni pajolera idea de quién será. Lo que sí sé es que cuando llegue el que sea llegará en un estado de “virginidad” absoluta, sin mancha de “pecado original”, totalmente limpio y aseado de falta alguna. En ese momento será cuando inicie su carrera en pos de la presidencia del país. Cuando llegue ese momento Zapatero en un estado casi de ignición, quedará tan solo el rescoldo de un excelente sucesor a un felipismo que, según algunos, está caduco y trasnochado. Para colmo de colmo quieren echar fuera de la cárcel a Luís Roldán, para desgracia de muchos un socialista que nunca mereció dicha denominación, pero que aireará y recordará la triste decadencia de una época cuyos balbuceos, nadie quiere recordar; ni ellos mismos.
Aún con el apoyo, divino sostén de los votos andaluces y extremeños, los socialistas no lograrán gobernar a la Nación. Quiere decir ello que será, aunque nuevamente se consiga el banco de la Oposición, un rotundo fracaso. Pero no solo para el partido del puño y la flor, sino para un Rodríguez Zapatero que verá como cuatro años más allá estará imposibilitado, maniatado y, quién sabe si manipulado, para dejar el camino expedito a otros que, más veteranos y experimentados, llegarán pletóricos y henchidos buscando aquel poderío perdido. Rodríguez Zapatero habrá sido un hombre perfecto para obrar el milagro de la transición dentro de su partido, el puente de unión entre la época feliz y, no menos sobresaliente, de un felipismo “reinante” y otra que, aunque hoy sea incógnita a despejar, sugiere renacimiento esplendoroso.
viernes, 22 de enero de 2010
Futuro pobre, con causa.
Aún se ven por las calles a personas con aspecto deslustrado, sucios; sobre todo jóvenes. Es la consecuencia de las drogas, también hay situaciones sociales de una dureza sin límites donde precisamente el aspecto exterior de la persona no se corresponde con el drama interior que sufren. Cada cual vive como puede y sus condiciones son aquellas que el propio sujeto buscó. El drogadicto, en el mejor de los casos, atempera y dulcifica su abstinencia con la metadona; el vago profesional busca en la solana de cualquier rincón el calor que una cruda noche de invierno le despojó; el borracho consigue unas pesetillas para la “litrona” que alivie su resaca; el estafador, a pesar de su honorable aspecto, al descubrirse sus irregularidades pierde su empleo y se refugia en una cadena interminable de ayudas y prestaciones sociales...
Algunas mañanas acudo a la consulta médica. Voy en busca de las recetas para los medicamentos que alivien los achaques del arriba firmante. Allí me encuentro algunas veces con una pareja muy dispar en su aspecto físico, ella es muy pequeña y tiene una cara muy caricaturesca –yo diría de ratita- está en un estado muy avanzado de gestación. Su compañero es alto, de una complexión muy fuerte, sin ser obeso puede pesar más de cien kilos, vive adormilado, cuantas veces lo he visto tiene en boca la queja constante y eterna de no haber dormido lo suficiente.
Con las pestañas de sus ojos a medio camino; o sea, medio cerrados, medio abiertos, preguntó a ella si aquella noche había sentido en su vientre las pataditas del bebé. Fue un preocupante y responsable gesto de paternidad. Ella le cogió una mano y la acercó hasta su pequeño pero voluminoso vientre. ¿Lo oyes? – No, fue la respuesta. ¿Y ahora? Le preguntó cambiado la mano de lugar. Tampoco, contestó. ¡¡Coño estás dormido!! El compañero gigantón no se alteró, estiró las piernas hacia delante dejando escurrir las posaderas hasta el borde anterior del asiento y la nuca sobre la pared hasta quedar prácticamente tumbado y dormido. Le despertó la campanita que avisaba su turno.
Creo, a pesar de todo, que hoy en nuestra ciudad no pasa hambre nadie, cosa que serena mi preocupante forma de ser acerca de estos temas. Todo, gracias a instituciones y entidades, tanto civiles como religiosas. Mi paso diario, como peatón, desde casa al centro de la ciudad transcurre por San Lucas y las monjas de El Salvador. Allí concurren todos los días el drogadicto, el borracho, el vago, el estafador, el parado... Toda esa masa inerte que en la mayoría de los casos se siente feliz, que maldice su escenario de vida y condiciones, pero que en verdad no hace por remediar.
Esperan todos a que abran las puertas del comedor. No todos aguardan el momento de igual forma, cada cual lo hace de distinta manera, todo depende de su status social anterior, aunque el actual sea común a todos. Los pobres de solemnidad, los que padecen esta situación con una muy triste “veteranía” lo hacen en cola; otros, la gran mayoría, sentados en el suelo pasando la “litrona” de boca en boca en un gesto de amistad y solidaridad; hay quien espera a medio camino, allá en la esquina, alejados, vistiendo chándal de deportes y llevando un macuto donde disimular la vergüenza de un pan nuestro de cada día, no sudado, para llevar a casa. Posiblemente sea aquel que por haber vivido con signos aparentes de una más alta categoría social entretuvo un dinero que no le pertenecía.
También estaba la pareja de aspecto dispar, saciado él en parte su eterno sueño, ella espera llevar al estómago algo que a la vez lleve vida al bebé que lleva en sus entrañas. Pobre mío, será un nuevo necesitado... con causa.
Algunas mañanas acudo a la consulta médica. Voy en busca de las recetas para los medicamentos que alivien los achaques del arriba firmante. Allí me encuentro algunas veces con una pareja muy dispar en su aspecto físico, ella es muy pequeña y tiene una cara muy caricaturesca –yo diría de ratita- está en un estado muy avanzado de gestación. Su compañero es alto, de una complexión muy fuerte, sin ser obeso puede pesar más de cien kilos, vive adormilado, cuantas veces lo he visto tiene en boca la queja constante y eterna de no haber dormido lo suficiente.
Con las pestañas de sus ojos a medio camino; o sea, medio cerrados, medio abiertos, preguntó a ella si aquella noche había sentido en su vientre las pataditas del bebé. Fue un preocupante y responsable gesto de paternidad. Ella le cogió una mano y la acercó hasta su pequeño pero voluminoso vientre. ¿Lo oyes? – No, fue la respuesta. ¿Y ahora? Le preguntó cambiado la mano de lugar. Tampoco, contestó. ¡¡Coño estás dormido!! El compañero gigantón no se alteró, estiró las piernas hacia delante dejando escurrir las posaderas hasta el borde anterior del asiento y la nuca sobre la pared hasta quedar prácticamente tumbado y dormido. Le despertó la campanita que avisaba su turno.
Creo, a pesar de todo, que hoy en nuestra ciudad no pasa hambre nadie, cosa que serena mi preocupante forma de ser acerca de estos temas. Todo, gracias a instituciones y entidades, tanto civiles como religiosas. Mi paso diario, como peatón, desde casa al centro de la ciudad transcurre por San Lucas y las monjas de El Salvador. Allí concurren todos los días el drogadicto, el borracho, el vago, el estafador, el parado... Toda esa masa inerte que en la mayoría de los casos se siente feliz, que maldice su escenario de vida y condiciones, pero que en verdad no hace por remediar.
Esperan todos a que abran las puertas del comedor. No todos aguardan el momento de igual forma, cada cual lo hace de distinta manera, todo depende de su status social anterior, aunque el actual sea común a todos. Los pobres de solemnidad, los que padecen esta situación con una muy triste “veteranía” lo hacen en cola; otros, la gran mayoría, sentados en el suelo pasando la “litrona” de boca en boca en un gesto de amistad y solidaridad; hay quien espera a medio camino, allá en la esquina, alejados, vistiendo chándal de deportes y llevando un macuto donde disimular la vergüenza de un pan nuestro de cada día, no sudado, para llevar a casa. Posiblemente sea aquel que por haber vivido con signos aparentes de una más alta categoría social entretuvo un dinero que no le pertenecía.
También estaba la pareja de aspecto dispar, saciado él en parte su eterno sueño, ella espera llevar al estómago algo que a la vez lleve vida al bebé que lleva en sus entrañas. Pobre mío, será un nuevo necesitado... con causa.
Una rabieta mas.
Publ. en "Información Jerez" en Julio de 2002.
En más de una ocasión tuve necesidad de acudir a las reuniones de la “Plataforma Pro Monumento a Rafael de Paula”; en verdad no se llamaba así pero debió de haberse denominado, puesto que el diestro jerezano era el principal motivo de su existencia. Lo demás, como por ejemplo el arte y otras lisonjas son coñas marineras añadidas, pero vamos, a mí no me molestan, las poquísimas veces que acudí convocado a dichas reuniones nunca fueron a título personal, siempre representando a la Federación de vecinos “Solidaridad” que tenía nombrado a tal fin a otro compañero, bastante más taurino y paulista que un servidor. Más fotogénico también.
Me incomodaba, eso sí, que se considerara el torear un arte cuando a lo sumo, entiendo, que solo puede llegar a disciplina o cosa así, maña u oficio donde la inspiración no cuenta para nada. ¿Puede ser un arte atentar contra tu propia vida? ¿Acaso lo es maltratar a un animal sin piedad? ¿Puede acaso ser arte amañar la cornamenta del animal? ¿O la dieta alimenticia desde su salida del campo hasta la lidia? Tenemos muy reciente el trance sufrido por Ponce y deberíamos meditar en torno a nuestra Gran Fiesta Nacional.
Los de siempre, me dirán que ilustres y sobresalientes escritores, poetas, médicos y demás excelsos personajes propugnan y patrocinan el toreo como un arte y al torero el artista ejecutor. Miren ustedes, pues bien, ya saben que respeto dichas opiniones -aunque trabajo me cuesta- pero no comparto ni tan siquiera uno de sus argumentos para demostrarme lo contrario. Ya en una ocasión, en esta misma columna, escribí un artículo cuya trama era precisamente esa, no consideraba arte el toreo. Quiero decir que no subo a los trenes en marcha, ni me aprovecho de las desafortunadas declaraciones del torero que han venido a demostrar poca claridad de ideas y escasa inteligencia. Dudo que tan exiguo talento pueda cimentar el desarrollo de ninguna disciplina artística.
El pintor, escritor, poeta, cineasta, arquitecto... etc. todos sin excepción dejan plasmada su obra de una forma tangible, y las futuras generaciones podrán enriquecerse con las mismas. Dependiendo de sus habilidades y formas de expresión así podrán ser considerados más o menos artistas. No voy a repetir aquí aquellos argumentos míos, lo único que quiero decir es que con bastante antelación denunciaba de alguna manera que solo por el hecho de ser torero no era motivo suficiente para recibir, por ejemplo, la Medalla de las Bellas Artes, la cual, por motivos que ahora no vienen al caso le fue negada con antelación. Pero ahora, políticamente, interesó su concesión. Me imagino que con el apoyo, también, de nuestro Ayuntamiento y de los partidos políticos que lo componen. Presumiblemente con mayoría absoluta; como se aprueban las cosas donde lo contrario es impopular y tiene reflejo en las urnas.
Rafael de Paula actuó con premeditación y alevosía. Cuando aún no había sentenciado su descontento se atrevió a recriminar a Joaquín Pettit: “Espero que usted me sepa entrevistar para llegar a donde tiene que llegar y yo decir lo que tengo que decir”. No entendí muy bien esa advertencia, me dije que era una frivolidad hasta que, llegado el momento, soltó aquello de no querer monumento proveniente de Pacheco ”porque los hijos duelen mucho”. Después declaró que Pacheco no le había dado empleo a sus hijos.
Las rabietas de Paula que, dicho sea de paso, siempre se dieron fuera de los ruedos, nunca dentro, les han traído tan malos efluvios como fatales consecuencias y fueron, al mismo tiempo, tan desafortunadas como decir que las mujeres se deben de lavar con jabón verde y estropajo; tampoco entendí muy bien esta aseveración. Me parece que Paula quiso ir a esta entrevista para cortar oreja y rabo pero su salida fue aún peor que la entrada.
jueves, 21 de enero de 2010
A la memoria de Rafita Abrio.
Publ. en "Información Jerez" en Octubre de 2003.
Tenía 29 años, desde que nació llegó marcado para luchar de forma constante consigo mismo. Tuvo unos males que afectaban a la glándula tiroides y, caso de no haber sido tratado convenientemente, hubiese afectado a su desarrollo físico e intelectual. Rafa, ya adulto, había sacudido durante la infancia y pubertad merced a los desvelos de sus padres –Rafael y Angustias- cualquier atisbo de complicaciones futuras dimanantes de su enfermedad. Rafa cursó sus estudios de jardinería, impartió cursillos y ejercía de forma brillante su profesión, que adoraba en forma tal que no escatimaba esfuerzos ni horas de trabajo a fin de alcanzar progreso y madurez en la misma. Mantenía una relación amorosa desde hace por lo menos cinco años con Silvia, su novia, con la que ambicionaba casarse, tenía proyectos de futuro en común. “Su niño”, como ella lo llamaba, ya no podrá susurrarle al oído palabras de amor. Murió en un desgraciado accidente laboral, en Madrid, cuando laboraba en la construcción de un campo de golf.
Qué solo me encuentro cuando busco a un amigo y solo descubro fallecidos Triste crónica la mía, un nuevo eslabón perdido de una cadena fragmentada ya en demasiados trozos. En la fragua de mi existencia, donde se fueron forjando los metales de las amistades, se van disolviendo uno tras otro gran parte de ellos, y me encuentro cada vez más solo; se derriten parte de estas, mis únicas joyas personales: mis amigos, mis siempre queridos amigos. Los más, eran mayores, más o menos de mi edad. Los menos, jóvenes, empezando a vivir, cargados de ilusiones y ambiciosos proyectos. Hay quien dice que todo esto obedece, de la forma como se proyecta, a ley de vida. Solo una excelente fe cristiana, que el arriba firmante desconoce y tal vez no conociera nunca, puede razonar de esa forma y superar tantos golpes de martillo en el yunque del alma.
Por eso, porque soy una criatura que fue dejando, por recovecos y meandros del río de mi existencia, unas creencias maltratadas en mil batallas, creo que moriré de pena, de dolor, y no habrá sedante capaz de ahuyentar de mí tanta amargura, tanto sentimiento y desesperanza. Mi corazón es viejo, anda cansino, angustiado, y muere de pena al comprobar el dolor de tus padres, de tus hermanos y de Silvia, tu novia. Cuánto te quieren. Ella, tu prometida, tiene tiempo de sobreponerse y rehacer su vida. Yo, pienso que apenas me queda tiempo para cobijarme y esperar el reencuentro, si es que existe. Tu padre, mi buen amigo Rafael, mi buen hermano del alma, al que tan poco y tan mal he correspondido siempre en la amistad, es otra cosa, ese es harina de otro costal. La fe, es verdad, debe de mover montañas. Dijo: “Dos me lo dio, Dios me lo quitó, bendito sea Dios”. Bendito sea tu, también, Rafael.
Los padres de Rafita –Rafael y Angustias- apadrinaron en la pila bautismal a mi hijo Eugenio. Por tanto, somos compadres y como tales estuvieron siempre pendientes de las obligaciones que ello le confería. No fue nunca el caso de los padrinos que aquel mismo día al salir de la Iglesia se olvidara de los deberes y exigencias contraídos. Mis buenos amigos cuánto me gustarían ser como vosotros. Que Dios tenga a Rafa en su Santa Gloria. Un beso.
Tenía 29 años, desde que nació llegó marcado para luchar de forma constante consigo mismo. Tuvo unos males que afectaban a la glándula tiroides y, caso de no haber sido tratado convenientemente, hubiese afectado a su desarrollo físico e intelectual. Rafa, ya adulto, había sacudido durante la infancia y pubertad merced a los desvelos de sus padres –Rafael y Angustias- cualquier atisbo de complicaciones futuras dimanantes de su enfermedad. Rafa cursó sus estudios de jardinería, impartió cursillos y ejercía de forma brillante su profesión, que adoraba en forma tal que no escatimaba esfuerzos ni horas de trabajo a fin de alcanzar progreso y madurez en la misma. Mantenía una relación amorosa desde hace por lo menos cinco años con Silvia, su novia, con la que ambicionaba casarse, tenía proyectos de futuro en común. “Su niño”, como ella lo llamaba, ya no podrá susurrarle al oído palabras de amor. Murió en un desgraciado accidente laboral, en Madrid, cuando laboraba en la construcción de un campo de golf.
Qué solo me encuentro cuando busco a un amigo y solo descubro fallecidos Triste crónica la mía, un nuevo eslabón perdido de una cadena fragmentada ya en demasiados trozos. En la fragua de mi existencia, donde se fueron forjando los metales de las amistades, se van disolviendo uno tras otro gran parte de ellos, y me encuentro cada vez más solo; se derriten parte de estas, mis únicas joyas personales: mis amigos, mis siempre queridos amigos. Los más, eran mayores, más o menos de mi edad. Los menos, jóvenes, empezando a vivir, cargados de ilusiones y ambiciosos proyectos. Hay quien dice que todo esto obedece, de la forma como se proyecta, a ley de vida. Solo una excelente fe cristiana, que el arriba firmante desconoce y tal vez no conociera nunca, puede razonar de esa forma y superar tantos golpes de martillo en el yunque del alma.
Por eso, porque soy una criatura que fue dejando, por recovecos y meandros del río de mi existencia, unas creencias maltratadas en mil batallas, creo que moriré de pena, de dolor, y no habrá sedante capaz de ahuyentar de mí tanta amargura, tanto sentimiento y desesperanza. Mi corazón es viejo, anda cansino, angustiado, y muere de pena al comprobar el dolor de tus padres, de tus hermanos y de Silvia, tu novia. Cuánto te quieren. Ella, tu prometida, tiene tiempo de sobreponerse y rehacer su vida. Yo, pienso que apenas me queda tiempo para cobijarme y esperar el reencuentro, si es que existe. Tu padre, mi buen amigo Rafael, mi buen hermano del alma, al que tan poco y tan mal he correspondido siempre en la amistad, es otra cosa, ese es harina de otro costal. La fe, es verdad, debe de mover montañas. Dijo: “Dos me lo dio, Dios me lo quitó, bendito sea Dios”. Bendito sea tu, también, Rafael.
Los padres de Rafita –Rafael y Angustias- apadrinaron en la pila bautismal a mi hijo Eugenio. Por tanto, somos compadres y como tales estuvieron siempre pendientes de las obligaciones que ello le confería. No fue nunca el caso de los padrinos que aquel mismo día al salir de la Iglesia se olvidara de los deberes y exigencias contraídos. Mis buenos amigos cuánto me gustarían ser como vosotros. Que Dios tenga a Rafa en su Santa Gloria. Un beso.
En democracia no exisrten dictaduras.
Publ. en Información Jerez" edn Marzo de 2002.
Algunas veces pienso si, en verdad, cualquier tiempo pasado fue mejor. Creo que no, al menos para los de mi generación, bien entendido que examino la perspectiva en tono general y nunca particular; o sea, lo que para la gran mayoría fue penuria para una minoría todo un placer. Nunca entendí, ni entiendo aún, como pudo ser feliz el que más tuvo y, menos aún, como pudo disfrutar de sus riquezas entre tantas miserias. Ahora comprendo cómo algunos descargaban su conciencia en los cepillos de las iglesias. Pobres idiotas, a Dios no se puede sobornar; a quienes intentan representarlo en la Tierra, posiblemente sí: son humanos.
De vez en cuando es conveniente acercar al presente asuntos y comportamientos vividos en la niñez y juventud (ya lejanas) para que, al menos, con nuestra aportación y testimonio, prevenir para que las irreflexiones del pasado no se repitan en un futuro, De una forma personal, ahora que tengo tiempo suficiente para casi todo, cuando recurro a aquella época, pienso que estoy observando a alguien que conoce las respuestas a muchas, si no todas, las incógnitas que hoy se plantean; aunque sé que aquel niño fue un sujeto cuya cultura le hizo superficialmente distinto al que es hoy. Lo único que pudo hacerme distinto, que hacía que el ayer y el hoy carecieran de importancia, fueron los brazos de una mujer. En eso, tan solo, se diferencia el adolescente de la dictadura y el hombre, ya práctico y hecho, de la democracia. Tal vez nos separen algunos conceptos dogmáticos, más postrados que hundidos, como consecuencia del mal ejemplo de una sociedad de libertades mal entendidas y, por ello, mal practicadas.
Creo, insisto, que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Hay cientos de motivos y razones para pensar que es así, entre ellos puede estar alcanzar la mayoría de edad mucho más joven que antaño, conocer más pronto todo lo relacionado con la práctica del sexo, acceder más fácilmente a estudios universitarios, igualdad entre géneros, moneda única y mercado común europeo, libertad de pensamiento e ideología política y, como consecuencia, facultad para elegir con tu voto a aquellos que crees más idóneos para que nos administren y gobiernen. En fin, se vive un mundo totalmente distinto y, sobre todo mi generación, la del 34, que fuimos encauzados socialmente de una manera borreguil, es la que más acusa estas diferencias y, por ello, siempre es más reacia con determinada opción política.
Han pasado ya muchos años, los comportamientos son radicalmente distintos, incluso el arriba firmante puede escribir hoy lo que ayer jamás pudo, y los políticos hacer un trabajo parlamentario jamás soñado. Aunque, eso sí, cuando se producen las mayorías absolutas, en cuantas ocasiones ocurre, nos joden vivos, no son buenas; hay que entender que el hombre, como la cabra, tira al monte. Pero eso, volvemos a lo mismo, afortunadamente en democracia dura cuatro años, en dictadura todo lo que dure el dictador. Un demócrata que esté gobernando veinte años jamás podrá tachársele de dictador. Las urnas obran el milagro.
Es extraordinario, me quedo para siempre con esta época que me ha tocado vivir ya, posiblemente, en los últimos años de mi vida. Cuando se llega a una determinada edad todos los años que uno vaya cumpliendo son cominitos que Dios me va dando.
Algunas veces pienso si, en verdad, cualquier tiempo pasado fue mejor. Creo que no, al menos para los de mi generación, bien entendido que examino la perspectiva en tono general y nunca particular; o sea, lo que para la gran mayoría fue penuria para una minoría todo un placer. Nunca entendí, ni entiendo aún, como pudo ser feliz el que más tuvo y, menos aún, como pudo disfrutar de sus riquezas entre tantas miserias. Ahora comprendo cómo algunos descargaban su conciencia en los cepillos de las iglesias. Pobres idiotas, a Dios no se puede sobornar; a quienes intentan representarlo en la Tierra, posiblemente sí: son humanos.
De vez en cuando es conveniente acercar al presente asuntos y comportamientos vividos en la niñez y juventud (ya lejanas) para que, al menos, con nuestra aportación y testimonio, prevenir para que las irreflexiones del pasado no se repitan en un futuro, De una forma personal, ahora que tengo tiempo suficiente para casi todo, cuando recurro a aquella época, pienso que estoy observando a alguien que conoce las respuestas a muchas, si no todas, las incógnitas que hoy se plantean; aunque sé que aquel niño fue un sujeto cuya cultura le hizo superficialmente distinto al que es hoy. Lo único que pudo hacerme distinto, que hacía que el ayer y el hoy carecieran de importancia, fueron los brazos de una mujer. En eso, tan solo, se diferencia el adolescente de la dictadura y el hombre, ya práctico y hecho, de la democracia. Tal vez nos separen algunos conceptos dogmáticos, más postrados que hundidos, como consecuencia del mal ejemplo de una sociedad de libertades mal entendidas y, por ello, mal practicadas.
Creo, insisto, que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Hay cientos de motivos y razones para pensar que es así, entre ellos puede estar alcanzar la mayoría de edad mucho más joven que antaño, conocer más pronto todo lo relacionado con la práctica del sexo, acceder más fácilmente a estudios universitarios, igualdad entre géneros, moneda única y mercado común europeo, libertad de pensamiento e ideología política y, como consecuencia, facultad para elegir con tu voto a aquellos que crees más idóneos para que nos administren y gobiernen. En fin, se vive un mundo totalmente distinto y, sobre todo mi generación, la del 34, que fuimos encauzados socialmente de una manera borreguil, es la que más acusa estas diferencias y, por ello, siempre es más reacia con determinada opción política.
Han pasado ya muchos años, los comportamientos son radicalmente distintos, incluso el arriba firmante puede escribir hoy lo que ayer jamás pudo, y los políticos hacer un trabajo parlamentario jamás soñado. Aunque, eso sí, cuando se producen las mayorías absolutas, en cuantas ocasiones ocurre, nos joden vivos, no son buenas; hay que entender que el hombre, como la cabra, tira al monte. Pero eso, volvemos a lo mismo, afortunadamente en democracia dura cuatro años, en dictadura todo lo que dure el dictador. Un demócrata que esté gobernando veinte años jamás podrá tachársele de dictador. Las urnas obran el milagro.
Es extraordinario, me quedo para siempre con esta época que me ha tocado vivir ya, posiblemente, en los últimos años de mi vida. Cuando se llega a una determinada edad todos los años que uno vaya cumpliendo son cominitos que Dios me va dando.
Prostitución de palangana.
Publ. en "Información Jerez" en Enero de 2004.
No todas las personas que pisamos este mundo llegan a él medidas con el mismo rigor de rasero. Tampoco sé a ciencia cierta quién es el encargado de aplicar la vara de comparar, y caso que esta exista, de qué forma la usa. Lo cierto y seguro es que no hay una distribución justa de todas las circunstancias que originan riqueza, salud, bienestar, y aquellas otras que solo ofrecen enfermedad, infortunio, pesar y desdicha; pobreza en definitiva.
Es verdad que ya hoy, sobre todo en los países desarrollados y demócratas, tratan en lo posible de paliar estas diferencias sociales, aunque no se consigue del todo. También es cierto que el dinero busca al dinero y el que tiene mucho aún quiere tener más y aquel que presumía de ser de izquierdas y demandaba una distribución equitativa de los bienes de consumo, después de haber alcanzado un pellizco bueno en el “gordo” de la Lotería de Navidad confiesa que no repartirá un euro ni con su padre. Dicen, mostrando el dedo corazón erecto de la mano izquierda izado al cielo, que por aquí se va a Madrid. ¡Jódete!
Conocí a una mujer que maldecía con frecuencia la época que le tocó vivir, desdeluego era para algo más que maldecir; nació poco antes de estallar la contienda civil española; aquella de los purgantes de ricino, del piojillo verde y el racionamiento.. Sus sentimientos, con el transcurrir del tiempo, encallecieron. En invierno sus manos, pies y orejas se inflamaban por los sabañones, no volvían a normalizarse hasta llegada la primavera, en cambio su estomago, vacío siempre y arrugado seguía sin conocer la plenitud y el goce indescriptible del buen yantar; un ayuno que resultaba eterno forzado por las circunstancias.
Pepa –que así se llama nuestra protagonista- (aún vive, sobrevive más bien) sabe mucho de aquellas colas para el abastecimiento en general; carbón; petróleo, alimentos... Era una vida casposa, atestada de todo lo malo: hambre, frío, enfermedad, amargura, desconsuelo, tristeza; muertes fantasmales, persecución, opresión; todo aquello dimanante de la dictadura y autocracia. Ella, me refiero a Pepa, como otras tantas personas “distinguidas” por razón de sexo, creencias –políticas y religiosas- solo tenían derecho a ahogar su maltrecha vida en un trago de vino tras una andana de toneles. Pero no en el templo catedral de una gran bodega sino en el tabernario de los desfavorecidos; una tabanco inmundo donde el aserrín extendido por el suelo cubría las expectoraciones ensangrentadas, incipientes, de un casi seguro tuberculoso.
Hoy debe tener más de ochenta años, su posición social ha mejorado mucho. Es socialista, vamos, que tiene simpatía con dicha formación política; no podía ser de otra forma (ustedes qué creen). En su juventud y madurez se dedicó a la prostitución de palangana con “carné de artista” (¿). De esta forma sacó adelante un buen puñados de hijos; tampoco podía ser de otra forma, hechos sin amor pero, eso sí, ya con el estomago lleno, aunque los hipócritas fingidores y culturatas de mierda traten de instruir a su costa en pro de otra vida más profesa y devota. Las muchas putas de hoy, llegan de los países oprimidos, engañadas, atrapadas en su pobreza, esclavizadas por las mafias. La historia se repite casi de la misma manera y por los mismos motivos. ¡Qué pena!
No todas las personas que pisamos este mundo llegan a él medidas con el mismo rigor de rasero. Tampoco sé a ciencia cierta quién es el encargado de aplicar la vara de comparar, y caso que esta exista, de qué forma la usa. Lo cierto y seguro es que no hay una distribución justa de todas las circunstancias que originan riqueza, salud, bienestar, y aquellas otras que solo ofrecen enfermedad, infortunio, pesar y desdicha; pobreza en definitiva.
Es verdad que ya hoy, sobre todo en los países desarrollados y demócratas, tratan en lo posible de paliar estas diferencias sociales, aunque no se consigue del todo. También es cierto que el dinero busca al dinero y el que tiene mucho aún quiere tener más y aquel que presumía de ser de izquierdas y demandaba una distribución equitativa de los bienes de consumo, después de haber alcanzado un pellizco bueno en el “gordo” de la Lotería de Navidad confiesa que no repartirá un euro ni con su padre. Dicen, mostrando el dedo corazón erecto de la mano izquierda izado al cielo, que por aquí se va a Madrid. ¡Jódete!
Conocí a una mujer que maldecía con frecuencia la época que le tocó vivir, desdeluego era para algo más que maldecir; nació poco antes de estallar la contienda civil española; aquella de los purgantes de ricino, del piojillo verde y el racionamiento.. Sus sentimientos, con el transcurrir del tiempo, encallecieron. En invierno sus manos, pies y orejas se inflamaban por los sabañones, no volvían a normalizarse hasta llegada la primavera, en cambio su estomago, vacío siempre y arrugado seguía sin conocer la plenitud y el goce indescriptible del buen yantar; un ayuno que resultaba eterno forzado por las circunstancias.
Pepa –que así se llama nuestra protagonista- (aún vive, sobrevive más bien) sabe mucho de aquellas colas para el abastecimiento en general; carbón; petróleo, alimentos... Era una vida casposa, atestada de todo lo malo: hambre, frío, enfermedad, amargura, desconsuelo, tristeza; muertes fantasmales, persecución, opresión; todo aquello dimanante de la dictadura y autocracia. Ella, me refiero a Pepa, como otras tantas personas “distinguidas” por razón de sexo, creencias –políticas y religiosas- solo tenían derecho a ahogar su maltrecha vida en un trago de vino tras una andana de toneles. Pero no en el templo catedral de una gran bodega sino en el tabernario de los desfavorecidos; una tabanco inmundo donde el aserrín extendido por el suelo cubría las expectoraciones ensangrentadas, incipientes, de un casi seguro tuberculoso.
Hoy debe tener más de ochenta años, su posición social ha mejorado mucho. Es socialista, vamos, que tiene simpatía con dicha formación política; no podía ser de otra forma (ustedes qué creen). En su juventud y madurez se dedicó a la prostitución de palangana con “carné de artista” (¿). De esta forma sacó adelante un buen puñados de hijos; tampoco podía ser de otra forma, hechos sin amor pero, eso sí, ya con el estomago lleno, aunque los hipócritas fingidores y culturatas de mierda traten de instruir a su costa en pro de otra vida más profesa y devota. Las muchas putas de hoy, llegan de los países oprimidos, engañadas, atrapadas en su pobreza, esclavizadas por las mafias. La historia se repite casi de la misma manera y por los mismos motivos. ¡Qué pena!
Primo de Rivera, nuestro General.
Publ. en "Información Jerez" en Julio de 2004.
Experimento una sensación poco grata -cuando menos desconcertante- en cuanto a si se debe o no de reinstalar el monumento al General Primo de Rivera en el lugar habitual de su enclave. Me da la impresión que los impulsores de esta demanda no han tenido el más mínimo eco favorable de apoyo por parte de la ciudadanía, partidos políticos, y administraciones. A pesar de todo al arriba firmante el tema se la trae al fresco, entre otras razones porque entiendo que a estas alturas –después de aproximadamente setenta y tantos años- pueda existir ninguna justificación que acredite el oportunismo para quitarnos de en medio algo tan nuestro; tan de los jerezanos.
Las heridas que pudieran existir, caso de que las hubiere, están más que olvidadas, relegadas, y postergadas. Otras heridas más cercanas en el tiempo a pesar de la gravedad que en su momento infringieron son hoy –afortunadamente- cicatrices, solo huellas, que al observarlas nos permiten perdonar; aunque nunca olvidar. El monumento al General Primo de Rivera no rememora ni aplaude una dictadura, más bien a un jerezano que dentro del contexto de una época, y tal como él lo entendía, creyó salvar a España.
Está claro que Don Miguel Primo de Rivera fue un dictador. Todo aquel, ya sea civil o militar que accede a un mandato de gobierno que no sea la línea sucesoria en una monarquía o aquella otra que establece un régimen democrático, es ilegal. Por tanto Primo de Rivera lo fue. Pero esto debe de enmarcarse en un tejido, entretejerse más bien, hilando de un ovillo donde no solo incluya los años que duró la dictadura; que no fueron tantos, ni sus consecuencias que fueron –como la mas grave- privarnos de libertad.
Como militar tras su campaña en Marruecos siendo aún muy joven ganó la Laureada de San Fernando logrando su primer ascenso a capitán. Consiguió el grado de comandante por su trayectoria en Cuba como ayudante del General Martínez Campos. Su paseo, si así puede llamársele, por los restos del Imperio español –Cuba, Filipinas…- hace ponerse en contacto con casi todas las circunstancias que van a influir en el 98 español.
Si al segundo marqués de Estella cabe adjuntarle el adjetivo de africanista es más por los hechos que por las propias ideas que tenía al respecto. Tuvo problemas por expresar públicamente esto. La primera fue en el año 1917 con motivo de ser recibido por la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz. Allí dijo: “Marruecos ni parte alguna de África es España misma; la generosa y abundante sangre derramada en África no podrá tener nunca justificación más honda y más útil que la de habernos puesto en posesión de algo que sirva para recuperar Gibraltar”. En 1921 en el transcurso de las discusiones en el Parlamento sobre la tragedia de Annual insistió una vez más en sus posturas “abandonistas”: “yo estimo, desde un punto de vista estratégico, que un soldado español más allá del estrecho, es perjudicial para España”. Quien se expresa así, máxime en el contexto de la época, más bien habría que catalogarlo como un hombre pacifista muy adelantado al momento que le tocó vivir.
Por todo esto y muchas otras cosas, que por falta de espacio no puedo desarrollar en esta columna, creo evidente e innecesario gastar más saliva y tinta en la defensa de que el monumento al General Primo de Rivera siga, tras las obras del Arenal, en el sitio en que estaba. Cualquier otra decisión que no sea ésta será respetada por el arriba firmante pero jamás aceptada ni compartida.
Experimento una sensación poco grata -cuando menos desconcertante- en cuanto a si se debe o no de reinstalar el monumento al General Primo de Rivera en el lugar habitual de su enclave. Me da la impresión que los impulsores de esta demanda no han tenido el más mínimo eco favorable de apoyo por parte de la ciudadanía, partidos políticos, y administraciones. A pesar de todo al arriba firmante el tema se la trae al fresco, entre otras razones porque entiendo que a estas alturas –después de aproximadamente setenta y tantos años- pueda existir ninguna justificación que acredite el oportunismo para quitarnos de en medio algo tan nuestro; tan de los jerezanos.
Las heridas que pudieran existir, caso de que las hubiere, están más que olvidadas, relegadas, y postergadas. Otras heridas más cercanas en el tiempo a pesar de la gravedad que en su momento infringieron son hoy –afortunadamente- cicatrices, solo huellas, que al observarlas nos permiten perdonar; aunque nunca olvidar. El monumento al General Primo de Rivera no rememora ni aplaude una dictadura, más bien a un jerezano que dentro del contexto de una época, y tal como él lo entendía, creyó salvar a España.
Está claro que Don Miguel Primo de Rivera fue un dictador. Todo aquel, ya sea civil o militar que accede a un mandato de gobierno que no sea la línea sucesoria en una monarquía o aquella otra que establece un régimen democrático, es ilegal. Por tanto Primo de Rivera lo fue. Pero esto debe de enmarcarse en un tejido, entretejerse más bien, hilando de un ovillo donde no solo incluya los años que duró la dictadura; que no fueron tantos, ni sus consecuencias que fueron –como la mas grave- privarnos de libertad.
Como militar tras su campaña en Marruecos siendo aún muy joven ganó la Laureada de San Fernando logrando su primer ascenso a capitán. Consiguió el grado de comandante por su trayectoria en Cuba como ayudante del General Martínez Campos. Su paseo, si así puede llamársele, por los restos del Imperio español –Cuba, Filipinas…- hace ponerse en contacto con casi todas las circunstancias que van a influir en el 98 español.
Si al segundo marqués de Estella cabe adjuntarle el adjetivo de africanista es más por los hechos que por las propias ideas que tenía al respecto. Tuvo problemas por expresar públicamente esto. La primera fue en el año 1917 con motivo de ser recibido por la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz. Allí dijo: “Marruecos ni parte alguna de África es España misma; la generosa y abundante sangre derramada en África no podrá tener nunca justificación más honda y más útil que la de habernos puesto en posesión de algo que sirva para recuperar Gibraltar”. En 1921 en el transcurso de las discusiones en el Parlamento sobre la tragedia de Annual insistió una vez más en sus posturas “abandonistas”: “yo estimo, desde un punto de vista estratégico, que un soldado español más allá del estrecho, es perjudicial para España”. Quien se expresa así, máxime en el contexto de la época, más bien habría que catalogarlo como un hombre pacifista muy adelantado al momento que le tocó vivir.
Por todo esto y muchas otras cosas, que por falta de espacio no puedo desarrollar en esta columna, creo evidente e innecesario gastar más saliva y tinta en la defensa de que el monumento al General Primo de Rivera siga, tras las obras del Arenal, en el sitio en que estaba. Cualquier otra decisión que no sea ésta será respetada por el arriba firmante pero jamás aceptada ni compartida.
miércoles, 20 de enero de 2010
Persuadir es decir la verdad.
Publ. en "Información Jerez" en Diciembre de 2003
Tenía tan solo doce años de edad. Era una niña que aparentaba, por su aspecto, al menos dos años más. Era rubia, los ojos claros, tan claros que parecía no tener ojos, siempre me dio la impresión que su cara era un busto de Trajano o Marco Aurelio, o cualquiera de esos otros que están en los museos arqueológicos, que poseen una mirada perdida; como si no observaran a nadie; de ciego inerte. Era muy bonita, aunque indiferente a las cosas bellas, por tanto a ella misma. Su enfermedad la hacía adoptar posiciones de desencanto a todas las cosas propias de su edad, nunca jugaba, tampoco paseaba, y sus amigas de colegio no comprendían que Anita –que así se llamaba- no podía ser de otra manera aunque ella bien lo quisiera.
En su torrente sanguíneo no circulaban los glóbulos rojos necesarios, mínimos exigibles para poseer una calidad de vida óptima, su rostro palidecía cada vez más, su aspecto demacrado le hacía parecer un ángel despintado. Apenas jugaba, no podía corretear, ni saltar con el cordel. Ella quería ser una niña como todas las de su edad pero su debilidad no le permitía hacer esfuerzo alguno, su sangre no tenía los glóbulos rojos necesarios que transportaran oxigeno suficiente a su maltrecho cuerpo. Los médicos no querían pensar en lo peor, tanto fue así que una vez agotadas todas las pruebas que pudieran justificar unos males benignos, iniciaron otro tipo de exploraciones que desembocaron en una enfermedad hematológica: Leucemia.
A pesar de ser una niña comenzó a sospechar que algo grave volaba sobre su cabeza y en torno a ella. Debido al tratamiento de quimioterapia se le había caído el cabello, poseía muy pocas defensas orgánicas, y aunque no sufría dolor alguno, ni padecía fiebre, tenía su corazón entristecido, llegó el momento en que sustituyó la candidez de la sonrisa por la aflicción de las lágrimas. Empezó a tener conciencia de la gravedad de sus males y por más que lo intentaba no podía relegar la idea que su vida iba a ser muy corta. Se había apercibido que algunos enfermos –como ella- habían desaparecido de la planta hospitalaria para no verlos más.
Pedía a Dios, ella lo hacía al Niño Jesús, ponerse buena, lo requería con inusitada fe. No llegó a comprender nunca por qué su Dios no oía sus súplicas. Llegó a pensar que la tardanza en hacerlo podría ser por la gran demanda de peticiones que debía tener, incluso llegó a pensar si su Dios no sería el verdadero entre tantos otros como había en el mundo. Comenzó a tener sus dudas, en cierta manera bien fundamentadas, y todas las afirmaciones que le hicieron en la catequesis para su Primera Comunión se vinieron abajo. Ella, pensaba, que había sido muy buena y a buen seguro que tenía el alma y su corazón blanco, inmaculado como su semblante, y si había cometido algún pecadillo había sido menos que venial –ligero, intranscendente-, a lo sumo alguna que otra mentirijilla sin importancia; cosas de niños.
Quiero pensar que Anita está en el Cielo, aunque tengo mis dudas al respecto, no porque ella no lo mereciera, sino porque me asalta la incertidumbre que de verdad exista ese Paraíso Celestial. También dudo que pueda existir un Juez Supremo que siendo, como dicen, bueno, y generoso, y poderoso, pueda interpones un muro entre dos jardines; el corazón y la razón de Anita.
Tenía tan solo doce años de edad. Era una niña que aparentaba, por su aspecto, al menos dos años más. Era rubia, los ojos claros, tan claros que parecía no tener ojos, siempre me dio la impresión que su cara era un busto de Trajano o Marco Aurelio, o cualquiera de esos otros que están en los museos arqueológicos, que poseen una mirada perdida; como si no observaran a nadie; de ciego inerte. Era muy bonita, aunque indiferente a las cosas bellas, por tanto a ella misma. Su enfermedad la hacía adoptar posiciones de desencanto a todas las cosas propias de su edad, nunca jugaba, tampoco paseaba, y sus amigas de colegio no comprendían que Anita –que así se llamaba- no podía ser de otra manera aunque ella bien lo quisiera.
En su torrente sanguíneo no circulaban los glóbulos rojos necesarios, mínimos exigibles para poseer una calidad de vida óptima, su rostro palidecía cada vez más, su aspecto demacrado le hacía parecer un ángel despintado. Apenas jugaba, no podía corretear, ni saltar con el cordel. Ella quería ser una niña como todas las de su edad pero su debilidad no le permitía hacer esfuerzo alguno, su sangre no tenía los glóbulos rojos necesarios que transportaran oxigeno suficiente a su maltrecho cuerpo. Los médicos no querían pensar en lo peor, tanto fue así que una vez agotadas todas las pruebas que pudieran justificar unos males benignos, iniciaron otro tipo de exploraciones que desembocaron en una enfermedad hematológica: Leucemia.
A pesar de ser una niña comenzó a sospechar que algo grave volaba sobre su cabeza y en torno a ella. Debido al tratamiento de quimioterapia se le había caído el cabello, poseía muy pocas defensas orgánicas, y aunque no sufría dolor alguno, ni padecía fiebre, tenía su corazón entristecido, llegó el momento en que sustituyó la candidez de la sonrisa por la aflicción de las lágrimas. Empezó a tener conciencia de la gravedad de sus males y por más que lo intentaba no podía relegar la idea que su vida iba a ser muy corta. Se había apercibido que algunos enfermos –como ella- habían desaparecido de la planta hospitalaria para no verlos más.
Pedía a Dios, ella lo hacía al Niño Jesús, ponerse buena, lo requería con inusitada fe. No llegó a comprender nunca por qué su Dios no oía sus súplicas. Llegó a pensar que la tardanza en hacerlo podría ser por la gran demanda de peticiones que debía tener, incluso llegó a pensar si su Dios no sería el verdadero entre tantos otros como había en el mundo. Comenzó a tener sus dudas, en cierta manera bien fundamentadas, y todas las afirmaciones que le hicieron en la catequesis para su Primera Comunión se vinieron abajo. Ella, pensaba, que había sido muy buena y a buen seguro que tenía el alma y su corazón blanco, inmaculado como su semblante, y si había cometido algún pecadillo había sido menos que venial –ligero, intranscendente-, a lo sumo alguna que otra mentirijilla sin importancia; cosas de niños.
Quiero pensar que Anita está en el Cielo, aunque tengo mis dudas al respecto, no porque ella no lo mereciera, sino porque me asalta la incertidumbre que de verdad exista ese Paraíso Celestial. También dudo que pueda existir un Juez Supremo que siendo, como dicen, bueno, y generoso, y poderoso, pueda interpones un muro entre dos jardines; el corazón y la razón de Anita.
Pensando en voz alta.
Publ. en "Información Jerez" con fecha Octubre de 2003.
Llegada cierta edad van desprendiéndose trozos de tu propia vida, sin que estos fragmentos sean, necesariamente, sangre de tu propia sangre; basta que hayan anidado en tu corazón un tiempo. Podrías enumerar a gran número de amigos que se fueron, y lo hicieron, algunos, en silencio, casi a hurtadillas para no volver nunca más. Pero no crean ellos que la cosa va a quedar así, ya nos veremos cuando yo emprenda el mismo camino y ya les ajustaré, pero que bien ajustadas, las cuentas. Uno de ellos: Jerónimo, mi buen Momo Martínez Beas, porque era bueno hasta dejarlo de sobra, siempre dispuesto a ayudar, en lo que fuera, cada vez que se le requería. Siempre jovial, bromista, sincero, bonachón y desenvuelto. Aún viva su imagen, y el timbre de su voz, y su humor que, como dijera William Makepeace, era “una de las mejores prendas que él siempre vistió en sociedad”. Su recuerdo, aparte por ser reciente, jamás olvidaré.
Un trocito aquí, otro allá, el caso es que van dejándose en ese camino, que el poeta hizo al andar, pedazos de nuestro corazón, Son tantos ya que a veces me siento huérfano del mundo, no vamos dando importancia a esta realidad –lo entendemos como ley de vida- hasta que un día uno mira a su alrededor y la soledad te emborracha de amargura. El círculo, que un día fuera compacto, le falta excesivos eslabones. No volverán más aquellas mis entrevistas en el antiguo “Domecq” con Jerónimo, a la sazón presidente del club xerecista, tampoco en su despacho de “Merca 80” en pos de un patrocinio para el boletín de “Solidaridad” (Federación de Vecinos); que siempre conseguimos.
En fin, creo que Jerónimo no sufrió, su muerte aunque trágica e inesperada, fue la que siempre merecen las gentes de buen corazón. Sin sufrimientos ni enfermedad que lo fuera minando. Un amigo es siempre una certera respuesta que tenemos en la prosperidad y en la adversidad. Siempre están presentes allí, tanto en un caso como en el otro.
Recuerdo, también, con verdadero cariño y afecto a mi buen amigo Eduardo Rinconada, bueno y bondadoso como el que más, sencillo, humilde y campechano. Mis recuerdos se remontan cuando de la mano de su padre –Angel Rinconada- acudía a los ensayos que el cuadro artístico de la Juventud de la Medalla Milagrosa, después de la Misa dominical, hacia en el Asilo de San José; grupo de actores que dirigía Juan Carretero y Luis Ferrer. Este último ya desaparecido también. No está Eduardo Rinconada –el compadre, en la ficción, de Esteban Viaña en “Fútbol Amateur”. Ni tampoco mi buen amigo Juan Pedro Betanzos, ni Juan Antonio Navarro, ni... En definitiva que todos ellos estarán ya formando un nuevo círculo de amistades allá arriba, donde con toda seguridad perdurará por toda una eternidad.
No soy muy dado a escribir en torno a este tipo de circunstancias. Me da mucha pena hacerlo porque viene a ratificar lo que en verdad aún no me puedo creer. Considero, por ello, los momentos que tienen que estar atravesando sus seres queridos y más cercanos.
Llegada cierta edad van desprendiéndose trozos de tu propia vida, sin que estos fragmentos sean, necesariamente, sangre de tu propia sangre; basta que hayan anidado en tu corazón un tiempo. Podrías enumerar a gran número de amigos que se fueron, y lo hicieron, algunos, en silencio, casi a hurtadillas para no volver nunca más. Pero no crean ellos que la cosa va a quedar así, ya nos veremos cuando yo emprenda el mismo camino y ya les ajustaré, pero que bien ajustadas, las cuentas. Uno de ellos: Jerónimo, mi buen Momo Martínez Beas, porque era bueno hasta dejarlo de sobra, siempre dispuesto a ayudar, en lo que fuera, cada vez que se le requería. Siempre jovial, bromista, sincero, bonachón y desenvuelto. Aún viva su imagen, y el timbre de su voz, y su humor que, como dijera William Makepeace, era “una de las mejores prendas que él siempre vistió en sociedad”. Su recuerdo, aparte por ser reciente, jamás olvidaré.
Un trocito aquí, otro allá, el caso es que van dejándose en ese camino, que el poeta hizo al andar, pedazos de nuestro corazón, Son tantos ya que a veces me siento huérfano del mundo, no vamos dando importancia a esta realidad –lo entendemos como ley de vida- hasta que un día uno mira a su alrededor y la soledad te emborracha de amargura. El círculo, que un día fuera compacto, le falta excesivos eslabones. No volverán más aquellas mis entrevistas en el antiguo “Domecq” con Jerónimo, a la sazón presidente del club xerecista, tampoco en su despacho de “Merca 80” en pos de un patrocinio para el boletín de “Solidaridad” (Federación de Vecinos); que siempre conseguimos.
En fin, creo que Jerónimo no sufrió, su muerte aunque trágica e inesperada, fue la que siempre merecen las gentes de buen corazón. Sin sufrimientos ni enfermedad que lo fuera minando. Un amigo es siempre una certera respuesta que tenemos en la prosperidad y en la adversidad. Siempre están presentes allí, tanto en un caso como en el otro.
Recuerdo, también, con verdadero cariño y afecto a mi buen amigo Eduardo Rinconada, bueno y bondadoso como el que más, sencillo, humilde y campechano. Mis recuerdos se remontan cuando de la mano de su padre –Angel Rinconada- acudía a los ensayos que el cuadro artístico de la Juventud de la Medalla Milagrosa, después de la Misa dominical, hacia en el Asilo de San José; grupo de actores que dirigía Juan Carretero y Luis Ferrer. Este último ya desaparecido también. No está Eduardo Rinconada –el compadre, en la ficción, de Esteban Viaña en “Fútbol Amateur”. Ni tampoco mi buen amigo Juan Pedro Betanzos, ni Juan Antonio Navarro, ni... En definitiva que todos ellos estarán ya formando un nuevo círculo de amistades allá arriba, donde con toda seguridad perdurará por toda una eternidad.
No soy muy dado a escribir en torno a este tipo de circunstancias. Me da mucha pena hacerlo porque viene a ratificar lo que en verdad aún no me puedo creer. Considero, por ello, los momentos que tienen que estar atravesando sus seres queridos y más cercanos.
martes, 19 de enero de 2010
Las denuncias no se hacen con versos.
Publ. en "Información Jerez" en Marzo de 2005.
Cuando mis artículos encierran críticas tiendo a ser justo conmigo mismo. Así pues, decir la verdad es una de las premisas elementales que toda persona crítica debe de poseer, No se debe adular a nadie que no sea merecedor de tal honor porque ello representa querer ganarse la voluntad de dicha persona. Existen tontos que no les importa ser adulados, no saben sus propias limitaciones. Hay por ahí alguien que se dedica al benéfico propósito - no hace daño a nadie- (a lo mejor solo a mí) de ensalzar a personas que no son merecedoras de tal distinción.
Hay quien ha vivido de esta manera toda su vida, y lo sigue haciendo. Por esta razón, por favor, no me pidan opinión sobre tal o cual evento porque no lo voy a hacer jamás. Donde se ha dicho gloria bendita yo tendría que decir infierno maldito. Aclaro una cuestión, no me da la gana de ser a mis años -entre otras cosas porque me proporcionan bula para decir lo que siento- opinar de forma contraria a lo que de verdad debo de decir. Si hago crítica tengo que hacerlo con dignidad, convencido y creyendo mis propias conclusiones; con toda libertad. Pero claro, mi crítica no sería asumida; tengo tristes experiencias que lo avala. La evaluación es, o debe ser, una herramienta para dar a conocer a un sector de la sociedad qué es lo que pasa dentro de él, y a partir de allí, tras un debate lógico y sincero, qué es necesario para cambiarlo.
Nuestra Semana Santa merece un análisis en profundidad, el cual por razones obvias no voy a llevar a cabo, doctores tiene la Iglesia para tal menester. Nuestro Pregonero –Pepe Castaño- estuvo genial en sus denuncias y fue, debo creer, fiel reflejo de sus propias vivencias; no puede tener otra explicación una exposición tan clara y contundente, tan actual e innegable. Fue su pregón una denuncia en toda regla. Hombre, esto es así, seguro que otros pregoneros como Gallardo, Zarzana, Montero Galvache, incluso mi hijo Antonio, no tuvieron determinadas vivencias que poder reflejar en sus pregones; tuvieron otras, que a buen seguro determinaron los estilos en la exposición.
Pregonar, aparte de vocear una mercancía, es dar a conocer en voz alta una cosa para que sea conocida por todos. Creo que es este el verdadero espíritu del Pregón de nuestra Semana de Pasión a fin de llevar a los confines del mundo las excelencias de nuestras costumbres, cultura, y nuestras fiestas. Ahora bien, el orador –llámese pregonero o como se quiera- aprovecha su tiempo de la forma que mejor cree debe de hacerlo. En nuestro caso Pepe Castaño optó por la denuncia pregonando en voz muy alta, para que allende nuestras fronteras, supieran de nuestras debilidades y cuánto miserable y mentira rodea los entresijos alrededor de nuestra Semana Mayor. El Villamarta este año fue la “Comisaría del distrito” (entiéndase bien) y que yo sepa las denuncias nunca se hacen con versos.
Esta es mi crítica a un Pregón que no fue mejor, ni peor que otros; fue muy diferente. Pero muy valiente. Veamos en el tiempo como se reacciona, porque espero que el “fiscal de turno” pida y exija a los “denunciados” un mayor rigor en las formas y comportamientos de aquí en adelante. Un abrazo Pepe; fuiste, sobre todo, muy sincero.
Cuando mis artículos encierran críticas tiendo a ser justo conmigo mismo. Así pues, decir la verdad es una de las premisas elementales que toda persona crítica debe de poseer, No se debe adular a nadie que no sea merecedor de tal honor porque ello representa querer ganarse la voluntad de dicha persona. Existen tontos que no les importa ser adulados, no saben sus propias limitaciones. Hay por ahí alguien que se dedica al benéfico propósito - no hace daño a nadie- (a lo mejor solo a mí) de ensalzar a personas que no son merecedoras de tal distinción.
Hay quien ha vivido de esta manera toda su vida, y lo sigue haciendo. Por esta razón, por favor, no me pidan opinión sobre tal o cual evento porque no lo voy a hacer jamás. Donde se ha dicho gloria bendita yo tendría que decir infierno maldito. Aclaro una cuestión, no me da la gana de ser a mis años -entre otras cosas porque me proporcionan bula para decir lo que siento- opinar de forma contraria a lo que de verdad debo de decir. Si hago crítica tengo que hacerlo con dignidad, convencido y creyendo mis propias conclusiones; con toda libertad. Pero claro, mi crítica no sería asumida; tengo tristes experiencias que lo avala. La evaluación es, o debe ser, una herramienta para dar a conocer a un sector de la sociedad qué es lo que pasa dentro de él, y a partir de allí, tras un debate lógico y sincero, qué es necesario para cambiarlo.
Nuestra Semana Santa merece un análisis en profundidad, el cual por razones obvias no voy a llevar a cabo, doctores tiene la Iglesia para tal menester. Nuestro Pregonero –Pepe Castaño- estuvo genial en sus denuncias y fue, debo creer, fiel reflejo de sus propias vivencias; no puede tener otra explicación una exposición tan clara y contundente, tan actual e innegable. Fue su pregón una denuncia en toda regla. Hombre, esto es así, seguro que otros pregoneros como Gallardo, Zarzana, Montero Galvache, incluso mi hijo Antonio, no tuvieron determinadas vivencias que poder reflejar en sus pregones; tuvieron otras, que a buen seguro determinaron los estilos en la exposición.
Pregonar, aparte de vocear una mercancía, es dar a conocer en voz alta una cosa para que sea conocida por todos. Creo que es este el verdadero espíritu del Pregón de nuestra Semana de Pasión a fin de llevar a los confines del mundo las excelencias de nuestras costumbres, cultura, y nuestras fiestas. Ahora bien, el orador –llámese pregonero o como se quiera- aprovecha su tiempo de la forma que mejor cree debe de hacerlo. En nuestro caso Pepe Castaño optó por la denuncia pregonando en voz muy alta, para que allende nuestras fronteras, supieran de nuestras debilidades y cuánto miserable y mentira rodea los entresijos alrededor de nuestra Semana Mayor. El Villamarta este año fue la “Comisaría del distrito” (entiéndase bien) y que yo sepa las denuncias nunca se hacen con versos.
Esta es mi crítica a un Pregón que no fue mejor, ni peor que otros; fue muy diferente. Pero muy valiente. Veamos en el tiempo como se reacciona, porque espero que el “fiscal de turno” pida y exija a los “denunciados” un mayor rigor en las formas y comportamientos de aquí en adelante. Un abrazo Pepe; fuiste, sobre todo, muy sincero.
Capón y tentetieso.
Publ. en "Información Jerez" en Mayo de 2005.
Políticamente hablando no cabe la menor duda que el nombre de Pascual Maragall ocupa los principales titulares en casi toda la prensa nacional. Los motivos ya se saben cuales son, unas desafortunadas declaraciones en torno al supuesto tres por ciento en concepto de comisiones cobrado por determinados políticos. Esto, como es lógico, levantó una gran polvareda de opiniones por considerar que dichas manifestaciones no se ajustaban a la realidad. Todavía existe rescoldo de la gran “hoguera” producida que viene a calentar el ambiente político en tan desapacibles días de esta, también desabrida primavera.
No queda aquí la cosa pues el controvertido Presidente de la Generalidad de Cataluña se deja caer con otra frase que no sé si encierra tanta maldad como se le ha querido otorgar. Me da la impresión que ya cualquier cosa que este socialista catalán diga será mirado con lupa y cualquier aspereza en su lenguaje, por muy leve que sea, será tenida en cuenta por la oposición para aplicar un limatón verborreico, muy propio de los charlatanes de feria, por ende de dos pares de… eso. En una palabra, cuando aún no se habían apagado los ecos de su inicial declaración “triporcentual” surge otra refiriéndose, a los ataques de la oposición, en la que Maragall considera que su gobierno se sentía como una mujer maltratada. Puede que sea verdad, claro que sí. Aquí no se desaprovecha una ocasión. Ayer, el maltrecho y víctima de los malos tratos fue el PP con lo del “Prestige”. Vamos, como si no hubiese otra cosa que hacer más que dar el capón de turno; unas veces con la mano derecha, otras con la izquierda. Lo malo va a ser cuando se tenga que dar con el tercer brazo.
Socialistas y gobierno tripartito catalán aúnan voluntades, sobre todo tras los guiños de un Artur Mas hacia ERC que, como se sabe, les pedía un desmarque del “President”. Ello hace pensar cuando se escribe este artículo de opinión que no habrá elecciones anticipadas y, por tanto, crisis de gobierno. En fin, si no se echa más leña al fuego con otra de Maragall la lumbre se convertirá en ceniza y aquí no habrá pasado nada. Por otro lado el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, conviene en aconsejar a la Ejecutiva Federal del PSOE un puntal donde descansar Pascual Maragall teniendo en cuenta que tendrá que hacer frente tanto a la querella de CIU como a la moción de censura presentada por el PP.
Es de una claridad manifiesta que estos desencuentros políticos en Cataluña deben de finalizar para siempre. Las pretensiones de alcanzar la presidencia de la Generalitat no deben de estar en realizar una oposición de ahogo a los que, por circunstancias, han tenido que unirse a fin de hacer gobernable Cataluña. Lo mismo se puede aplicar para el comunicado que ETA a hecho circular en cuanto a la tregua anunciada. Como bien dijo el presidente del Gobierno “el único comunicado que espera la sociedad española es el del abandono de las armas”. Como expresaba más arriba el firmante de este artículo, esta vez tampoco se ha dejado pasar la ocasión y Zapatero ha criticado el uso electoralista del comunicado de ETA por parte del PP. Ha dicho que “por primera vez en la historia de la democracia, un comunicado de ETA se intenta utilizar electoralmente”. Nuevamente, capón y tentetieso.
Aclaración sobre Rejón y Pacheco.
Un visitante anónimo se ha pronunciado en el sentido que el artículo que se refiere a los dos políticos reseñados llega "Un poco tarde, No?". Debo de recordarle que este artículo fue publicado, como consta en la cabecera del mismo, en "Información Jerez" en Mayo de 2004. La pretensión de este Blog es precisamente para que el lector recuerde y si le place compare el criterio que sostuvo el autor (Antonio Moure Requena)en un memento puntual con la realidad actual en el momento político presente. Este blog tiene aún poca vida, se irá enriqueciendo poco a poco; sin prisas pero sin pausas.
Los artículos de Opinión publicados hasta el momento corresponden a un pasado. En breves fechas incorporaremos aquellos otros de plena actualidad.
Los artículos de Opinión publicados hasta el momento corresponden a un pasado. En breves fechas incorporaremos aquellos otros de plena actualidad.
lunes, 18 de enero de 2010
Rejón y Pacheco.
Publ. en "Información Jerez" en Mayo ded 2004.
El arriba firmante no sabe como interpretar que un político pueda entrar en otra candidatura distinta a la de su partido, como hará Luis Carlos Rejón con el PSA a las elecciones europeas del próximo 13 de junio. Según la dirección de IU-CA esto es motivo de expulsión de la federación (IULV-CA) a la que pertenece, previo expediente sancionador puesto que su decisión se interpreta, no sin razón, como infracción muy grave. Estos argumentos, defendidos por Valderas ante la Comisión Ejecutiva de la Federación, sobre la decisión de Rejón de cerrar la lista que la coalición AI-PSA presentará en Andalucía a las elecciones europeas, ha dado como resultado la expulsión; dicho de otra forma más sutil, ha sido dado de baja como afiliado, a pesar de haber pedido ir el último en la coalición Asamblea de Izquierda (AI)- PSA para la europeas.
La política que ocupan aquellos que de alguna forma han perdido bastante peso específico en la actualidad dentro de ella –como es el caso de Luis Carlos Rejón- no paran de “enfollonar” con tal de nadar y guardar la ropa a buen recaudo. El ciudadano de a pie no entiende que esté impulsando un nuevo partido –como es el caso de Rejón- y quiera seguir afiliado a Izquierda Unida. Por más que intente explicar y justificar lo injustificable no puede pretender, a forma de excusa, no ver mal que algún día no lejano Izquierda Unida se sumara al bloque que, en unión de Pedro Pacheco, se pretende crear. Según Rejón cuando se hizo algo parecido con I.U. (Convocatoria por Andalucía) “la gente seguía afiliada al PCA aunque, eso sí, se les llamaban herejes”. Cuesta mucho trabajo creer que el baenense no pretenda hacer daño a IU, más bien estimo –lo hago título personal- que pretende correr una aventura política y si saliera mal –cosa que no es de extrañar- tener el culo a buen recaudo. Dicho de otra forma, jugar con dos barajas; para no perder y para ganar. Eso aparte de hereje es de ser “sacrílego político”.
Sea como fuere están involucradas activamente en este Proyecto políticos, principalmente, de dos provincias andaluzas: Córdoba y Cádiz, donde sus principales protagonistas e impulsores, Rejón y Pacheco, mantienen cierto status o nivel político en ambas sociedades. Luis Carlos Rejón, sobre todo, no habla claro en torno a esta nueva formación, es ambiguo, por tanto impreciso; indolente si se quiere. No se puede decir, como ha dicho él, que esta nueva organización no está constituida por partidos “sino por personas para crear una fuerza laica (¿?) dónde podrá haber un militante del PSA, uno de A.I…., y podrá haber ambas corrientes”. Estos dos partidos, termina Rejón, “deben pensar qué futuro quieren tener”.
Lo que quiere Rejón, puestos ya a seguir con términos eclesiásticos para definir posturas políticas, más que pretender crear una “fuerza laica” intenta fomentar más bien un “laicismo” basado en la independencia individual de cada militante respecto de la influencia que las doctrinas de sus partidos puedan tener sobre ellos. A corto plazo estas maniobras políticas puede que den resultados (aunque está por ver) pero a medio y largo plazo no creo que subsistan y, mucho menos, agraden a las bases de ambas formaciones.
El arriba firmante no sabe como interpretar que un político pueda entrar en otra candidatura distinta a la de su partido, como hará Luis Carlos Rejón con el PSA a las elecciones europeas del próximo 13 de junio. Según la dirección de IU-CA esto es motivo de expulsión de la federación (IULV-CA) a la que pertenece, previo expediente sancionador puesto que su decisión se interpreta, no sin razón, como infracción muy grave. Estos argumentos, defendidos por Valderas ante la Comisión Ejecutiva de la Federación, sobre la decisión de Rejón de cerrar la lista que la coalición AI-PSA presentará en Andalucía a las elecciones europeas, ha dado como resultado la expulsión; dicho de otra forma más sutil, ha sido dado de baja como afiliado, a pesar de haber pedido ir el último en la coalición Asamblea de Izquierda (AI)- PSA para la europeas.
La política que ocupan aquellos que de alguna forma han perdido bastante peso específico en la actualidad dentro de ella –como es el caso de Luis Carlos Rejón- no paran de “enfollonar” con tal de nadar y guardar la ropa a buen recaudo. El ciudadano de a pie no entiende que esté impulsando un nuevo partido –como es el caso de Rejón- y quiera seguir afiliado a Izquierda Unida. Por más que intente explicar y justificar lo injustificable no puede pretender, a forma de excusa, no ver mal que algún día no lejano Izquierda Unida se sumara al bloque que, en unión de Pedro Pacheco, se pretende crear. Según Rejón cuando se hizo algo parecido con I.U. (Convocatoria por Andalucía) “la gente seguía afiliada al PCA aunque, eso sí, se les llamaban herejes”. Cuesta mucho trabajo creer que el baenense no pretenda hacer daño a IU, más bien estimo –lo hago título personal- que pretende correr una aventura política y si saliera mal –cosa que no es de extrañar- tener el culo a buen recaudo. Dicho de otra forma, jugar con dos barajas; para no perder y para ganar. Eso aparte de hereje es de ser “sacrílego político”.
Sea como fuere están involucradas activamente en este Proyecto políticos, principalmente, de dos provincias andaluzas: Córdoba y Cádiz, donde sus principales protagonistas e impulsores, Rejón y Pacheco, mantienen cierto status o nivel político en ambas sociedades. Luis Carlos Rejón, sobre todo, no habla claro en torno a esta nueva formación, es ambiguo, por tanto impreciso; indolente si se quiere. No se puede decir, como ha dicho él, que esta nueva organización no está constituida por partidos “sino por personas para crear una fuerza laica (¿?) dónde podrá haber un militante del PSA, uno de A.I…., y podrá haber ambas corrientes”. Estos dos partidos, termina Rejón, “deben pensar qué futuro quieren tener”.
Lo que quiere Rejón, puestos ya a seguir con términos eclesiásticos para definir posturas políticas, más que pretender crear una “fuerza laica” intenta fomentar más bien un “laicismo” basado en la independencia individual de cada militante respecto de la influencia que las doctrinas de sus partidos puedan tener sobre ellos. A corto plazo estas maniobras políticas puede que den resultados (aunque está por ver) pero a medio y largo plazo no creo que subsistan y, mucho menos, agraden a las bases de ambas formaciones.
La Unión Europea expande sus frontera.
Publ. en "Información Jerez" en Mayo de 2004
Con la firma en Atenas el pasado día 16 de Abril del Tratado de adhesión de diez nuevos países, se culminó una etapa determinante para la ampliación en curso de la Unión Europea. El proceso de ratificación de dicho Tratado, que culminó en su aprobación por la vía de referéndum, fue organizado por las mayoría de los futuros Estados miembros exceptuando a Chipre. Últimamente, por dicha causa, se habló profusamente de este tema, entre otras muchas cuestiones, muy especialmente por lo que puede afectar a todos los españoles. La inclusión de diez países (Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República Checa) originan, al contrario de lo que ocurrió entre aquellos otros estados fundadores -formado por países centro-europeos- no es precisamente el acercamiento o aproximación geográfica entre sí. Esto puede proporcionar en la Unión determinada desafección, despego común o falta de entusiasmo. No ocurre esto, por ejemplo, entre españoles y portugueses, los cuales, mantienen en vigor muchas costumbres comunes y sus culturas se asemejan e incluso son participativas en el transcurso de los siglos.
En verdad lo expuesto es lo que menos importa, quede tan solo como un dato de lo variopinto que puede ir siendo la UE, aunque solo sea en extensión, ya preocupante (para algunos), donde su economía y la fortaleza de su moneda única –entre otros muchos aspectos- va siendo muy valorado en el mundo entero. Bien es verdad que en la zona euro no se tienen que encontrar todos los países de la Unión Europea aunque puede ser ampliada gradualmente; caso concreto de Grecia. Ante todo lo que se pretende es dar a todos sus estados miembros la homogeneidad en los principios básicos: económicos, sociales, culturales, etc. Esto no es nada fácil porque cada uno de sus miembros debe de integrarse dentro de un orden uniforme tanto en sus derechos como obligaciones que derivan de aquel otro derecho de la CE/UE hacia todos los países miembros.
El punto de partida de una de las mayores crisis en el proceso de integración lo debemos de buscar en la Política Agraria Común (PAC), de fatal actualidad hoy por nuestros lares consecuente de nuestro algodón. Recordemos que Francia rechazó durante varios meses las actividades de la Comunidad Europea en la política agraria, y fue el llamado “Compromiso de Luxemburgo” allá por el año 1966 el que trajo la solución a los problemas creados. Los factores de la maleabilidad pueden estar, incluso, en el derecho secundario de la UE, que puede tratar de forma diferente e individual a los distintos estados miembros, con diferentes plazos de implementación o con la posibilidad manifiesta de que los países miembros establezcan las directices con velocidades diferentes.
Existe, como bien se sabe, un “período transitorio” en el contexto de la integración europea que mayormente está relacionado con la ampliación de la UE por los nuevos países. Un nuevo país puede llegar a ser miembro, y es un principio básico para la adhesión, la aceptación del acervo, o sea el cúmulo de los bienes en su conjunto en el momento de su ingreso en la Unión Europea. Las excepciones del Patrimonio Comunitario, es necesario que se negocien de una forma individual y se metan en el Tratado de Adhesión; por ejemplo en forma de un período transitorio.
En definitiva, esperemos que la admisión de dichos países a la Unión Europea sea, como así deseamos todos los europeos, de absoluta bondad económica y social, y colaboren en la formulación de una política exterior de seguridad común a fin de reforzar la capacidad institucional de la UE y que la ampliación abra perspectivas de adhesión a todos los países europeos que cumplan los criterios necesarios para pertenecer a la Unión. Así sea.
Con la firma en Atenas el pasado día 16 de Abril del Tratado de adhesión de diez nuevos países, se culminó una etapa determinante para la ampliación en curso de la Unión Europea. El proceso de ratificación de dicho Tratado, que culminó en su aprobación por la vía de referéndum, fue organizado por las mayoría de los futuros Estados miembros exceptuando a Chipre. Últimamente, por dicha causa, se habló profusamente de este tema, entre otras muchas cuestiones, muy especialmente por lo que puede afectar a todos los españoles. La inclusión de diez países (Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República Checa) originan, al contrario de lo que ocurrió entre aquellos otros estados fundadores -formado por países centro-europeos- no es precisamente el acercamiento o aproximación geográfica entre sí. Esto puede proporcionar en la Unión determinada desafección, despego común o falta de entusiasmo. No ocurre esto, por ejemplo, entre españoles y portugueses, los cuales, mantienen en vigor muchas costumbres comunes y sus culturas se asemejan e incluso son participativas en el transcurso de los siglos.
En verdad lo expuesto es lo que menos importa, quede tan solo como un dato de lo variopinto que puede ir siendo la UE, aunque solo sea en extensión, ya preocupante (para algunos), donde su economía y la fortaleza de su moneda única –entre otros muchos aspectos- va siendo muy valorado en el mundo entero. Bien es verdad que en la zona euro no se tienen que encontrar todos los países de la Unión Europea aunque puede ser ampliada gradualmente; caso concreto de Grecia. Ante todo lo que se pretende es dar a todos sus estados miembros la homogeneidad en los principios básicos: económicos, sociales, culturales, etc. Esto no es nada fácil porque cada uno de sus miembros debe de integrarse dentro de un orden uniforme tanto en sus derechos como obligaciones que derivan de aquel otro derecho de la CE/UE hacia todos los países miembros.
El punto de partida de una de las mayores crisis en el proceso de integración lo debemos de buscar en la Política Agraria Común (PAC), de fatal actualidad hoy por nuestros lares consecuente de nuestro algodón. Recordemos que Francia rechazó durante varios meses las actividades de la Comunidad Europea en la política agraria, y fue el llamado “Compromiso de Luxemburgo” allá por el año 1966 el que trajo la solución a los problemas creados. Los factores de la maleabilidad pueden estar, incluso, en el derecho secundario de la UE, que puede tratar de forma diferente e individual a los distintos estados miembros, con diferentes plazos de implementación o con la posibilidad manifiesta de que los países miembros establezcan las directices con velocidades diferentes.
Existe, como bien se sabe, un “período transitorio” en el contexto de la integración europea que mayormente está relacionado con la ampliación de la UE por los nuevos países. Un nuevo país puede llegar a ser miembro, y es un principio básico para la adhesión, la aceptación del acervo, o sea el cúmulo de los bienes en su conjunto en el momento de su ingreso en la Unión Europea. Las excepciones del Patrimonio Comunitario, es necesario que se negocien de una forma individual y se metan en el Tratado de Adhesión; por ejemplo en forma de un período transitorio.
En definitiva, esperemos que la admisión de dichos países a la Unión Europea sea, como así deseamos todos los europeos, de absoluta bondad económica y social, y colaboren en la formulación de una política exterior de seguridad común a fin de reforzar la capacidad institucional de la UE y que la ampliación abra perspectivas de adhesión a todos los países europeos que cumplan los criterios necesarios para pertenecer a la Unión. Así sea.
Evolución de un Género
Publ.en "Información Jerez" en Abril de 2005
La novela histórica es un género que tiene mucha aceptación por parte del gran público, incluso diría más, estoy convencido que muchos lectores, que ahora lo son, se han aficionado a la lectura merced a este tipo de libros. ¿Me pueden decir, quién no ha leído “El Código Da Vinci”, “Juana La Loca”, “Alejandro Magno” o “El Arca de Shindler” entre otros muchos títulos?. Está claro, hasta no hace mucho las novelas más solicitadas eran aquellas de claro contenido erótico, posiblemente como respuesta o consecuencia de la prohibición que padeció durante el régimen franquista; nunca mejor aplicada la censura, todo hay que decirlo.
En esta misma época se cultivó también la novela histórica pero se hizo de una forma monográfica –siempre portando como tema de fondo la Guerra Civil-, de esta manera surgen autores destacados como Agustín de Foxá, pero quién más popularidad alcanzó fue José María Gironella con “Los Cipreses creen en Dios”, “Un millón de muertos” y “Ha estallado la Paz”, entre otros muchos títulos. No tuvimos más ocasiones que estas para conocer con mayor amplitud nuestra literatura y aquella otra allende los mares.
Me incita a escribir sobre este tema el hecho de haber estado, se sigue estando todavía, un tanto acosados (no me atrevo a emplear el término “atormentados”) como consecuencia del IV Centenario del Quijote, lo escribo con mucho respeto pero tenemos que reconocer que ha sido así. Bien es cierto que como consecuencia de esta celebración centenaria se ha aprovechado el momento para ofrecer un valor añadido de innovación a un sin fin de proyectos públicos y privados, lo cual nunca está mal.
La famosísima novela de Miguel de Cervantes se publicó por primera vez en el año 1605, considerada la obra más universal de nuestra literatura. Pero a lo que iba, se me antoja que la intención del autor, no fue escribir una novela de corte histórico. La cima de este tipo de novela la alcanza sin genero de dudas la larga serie de novelas ”Episodios Nacionales” del novelista del Realismo Benito Pérez Galdós, que cubren gran parte del siglo IXX, comprendiendo desde Trafalgar y la Guerra de la Independencia española hasta la Restauración. Otro novelista, Luís Coloma, sintió también especial predilección por el género histórico con su novela “Pequeñeces” referida a la sociedad madrileña de la Restauración, y no podemos olvidar “Jeromín” sobre Juan de Austria.
La restauración democrática en nuestro país ha supuesto, ya lo escribía al comienzo de este artículo, una revitalización del género pero con una temática más extensa y variada. De esta forma fueron apareciendo autores entre los que resaltan Jesús Fernández Santos, José Esteban, que en “El Himno de Riego” deja ver las meditaciones del autor de la revolución española de 1820, horas antes de ser ejecutado. No podemos dejar de lado, entre otras cosas por ser los articulistas y novelistas de mis preferencias, a Arturo Pérez Reverte y Francisco Umbral. Incluso no puedo hacer oídos sordos, ni ojos ciegos, a autores algo más veteranos que los que anteceden. Me refiero a Miguel Delibes , que se aproximó a la Inquisición y el protestantismo español en el siglo XVI con la novela “El hereje”, o Gonzalo Torrente Balester, autor de “Crónica del rey pasmado”.
La novela histórica es un género que tiene mucha aceptación por parte del gran público, incluso diría más, estoy convencido que muchos lectores, que ahora lo son, se han aficionado a la lectura merced a este tipo de libros. ¿Me pueden decir, quién no ha leído “El Código Da Vinci”, “Juana La Loca”, “Alejandro Magno” o “El Arca de Shindler” entre otros muchos títulos?. Está claro, hasta no hace mucho las novelas más solicitadas eran aquellas de claro contenido erótico, posiblemente como respuesta o consecuencia de la prohibición que padeció durante el régimen franquista; nunca mejor aplicada la censura, todo hay que decirlo.
En esta misma época se cultivó también la novela histórica pero se hizo de una forma monográfica –siempre portando como tema de fondo la Guerra Civil-, de esta manera surgen autores destacados como Agustín de Foxá, pero quién más popularidad alcanzó fue José María Gironella con “Los Cipreses creen en Dios”, “Un millón de muertos” y “Ha estallado la Paz”, entre otros muchos títulos. No tuvimos más ocasiones que estas para conocer con mayor amplitud nuestra literatura y aquella otra allende los mares.
Me incita a escribir sobre este tema el hecho de haber estado, se sigue estando todavía, un tanto acosados (no me atrevo a emplear el término “atormentados”) como consecuencia del IV Centenario del Quijote, lo escribo con mucho respeto pero tenemos que reconocer que ha sido así. Bien es cierto que como consecuencia de esta celebración centenaria se ha aprovechado el momento para ofrecer un valor añadido de innovación a un sin fin de proyectos públicos y privados, lo cual nunca está mal.
La famosísima novela de Miguel de Cervantes se publicó por primera vez en el año 1605, considerada la obra más universal de nuestra literatura. Pero a lo que iba, se me antoja que la intención del autor, no fue escribir una novela de corte histórico. La cima de este tipo de novela la alcanza sin genero de dudas la larga serie de novelas ”Episodios Nacionales” del novelista del Realismo Benito Pérez Galdós, que cubren gran parte del siglo IXX, comprendiendo desde Trafalgar y la Guerra de la Independencia española hasta la Restauración. Otro novelista, Luís Coloma, sintió también especial predilección por el género histórico con su novela “Pequeñeces” referida a la sociedad madrileña de la Restauración, y no podemos olvidar “Jeromín” sobre Juan de Austria.
La restauración democrática en nuestro país ha supuesto, ya lo escribía al comienzo de este artículo, una revitalización del género pero con una temática más extensa y variada. De esta forma fueron apareciendo autores entre los que resaltan Jesús Fernández Santos, José Esteban, que en “El Himno de Riego” deja ver las meditaciones del autor de la revolución española de 1820, horas antes de ser ejecutado. No podemos dejar de lado, entre otras cosas por ser los articulistas y novelistas de mis preferencias, a Arturo Pérez Reverte y Francisco Umbral. Incluso no puedo hacer oídos sordos, ni ojos ciegos, a autores algo más veteranos que los que anteceden. Me refiero a Miguel Delibes , que se aproximó a la Inquisición y el protestantismo español en el siglo XVI con la novela “El hereje”, o Gonzalo Torrente Balester, autor de “Crónica del rey pasmado”.
sábado, 16 de enero de 2010
Noticia inesperada.
Publ. "Información Jerez" en Marzo de 2003.
En la actualidad la mayor parte de las noticias nacen de las ruedas de prensa o bien de las entrevistas o innumerables declaraciones, bien sea en los periódicos, radio o televisión. Antes de 1945, según los mayores que aún viven o fallecieron muy recientemente, los agregados así como las conferencias, no existían. El periodista tenía mucha necesidad de ir a buscar la información. En cambio hoy algunos quedan sentados en la redacción esperando que lleguen las novedades. Si estas por cualquier motivo aparecen antes en otro medio, no sólo el periodista monta en cólera sino que desde ese momento pone cerco a cualquier posterior noticia o hecho acaecido no propiciando su difusión. En Jerez existe un caso que es claro exponente de este periodismo, patético y, sobre todo, cómodo.
Esperar sentados a que llegue la información es recibir una noticia preparada tras la cual casi siempre se oculta algo. Los que ofrecen aquélla no dan, por norma, más de la que quieren que se haga pública. Recientemente con motivo de la dimisión de la concejal del pepé Regla Álvarez, se ha ofrecido la nota de prensa redactada –tengo entendido- de forma muy escueta y aludiendo unos motivos que hasta el momento, incluso después de las aclaraciones pertinentes de la propia protagonista, lo que hace son salpicar aún con mas dudas los verdaderos motivos de su proceder. El NO a la guerra de Irak de Regla Álvarez no deja de ser sorpresivo cuando en verdad parece ser –según otros compañeros de la cúpula de su partido en la provincia- es el décimo lugar que vendría a ocupar en la próxima lista para la alcaldía de Jerez.
Dando como válidos ambos supuestos han de reconocer que Regla Álvarez no ha estado muy acertada; más bien se ha cubierto de una “gloria” que deja al descubierto muchas deficiencias políticas personales; sobre todo la forma de entender, tan personal e interesada, su militancia en el partido. Si el motivo de su dimisión ha sido, según Bernardo Villar, el lugar décimo que ocuparía en la lista a las Municipales están reconociendo, con ello, que dicho lugar no favorece a Álvarez en sus pretensiones de seguir optando a un puesto como concejala en la composición del próximo gobierno municipal. Esto hace presuponer, teniendo en cuenta que Regla Álvarez conoce el resultado de las encuestas encargadas por su propio partido, que en dicha posición en la lista que encabezará María José García Pelayo, tenía menos expectativas que un pavo en Navidad. Con esto queda al descubierto que los resultados electorales del P.P. a la Alcaldía de Jerez no son, a priori, excesivamente buenos.
Por otro lado el No a la guerra de Irak, ahí hemos de darle la razón a la dimisionaria, no debe ni puede ser una negativa colegiada, es o debe de ser más bien una afirmación o negación personal, nadie en conjunto puede imponer un dictamen en la conciencia personal de cada cual. Las disciplinas de equipo, en este caso de partido político, se entienden solo en fútbol y otros deportes donde la unión de esfuerzos hace que la unidad-conjunto triunfe. Lo que ya no sé es si esta dimisión beneficiará o no al PSA –según Pedro Pacheco parece ser que sí- dudo mucho que esto sea así puesto que si a la conciencia de Regla Álvarez le dicta condenar la guerra contra Irak, de la misma manera estimo que, desde el Grupo Independiente, al cual se incorporará, seguirá en otros aspectos postulando por las iniciativas conservadoras que tanto defendió siempre.
Una cosa es clara y esta es que en el pepé acaban de perder al único militante que puede tener en sus filas capaz de gastar muchos zapatos en pos de los intereses vecinales, conoce como pocos el mundo vecinal, se interesó por sus problemas –que no son pocos- y en la medida de sus posibilidades trató siempre de remediarlos. Siempre lo dije, sobre todo cuando mi etapa en la Federación de vecinos, que Regla era una mujer poco afín, por su condición social y de comportamientos, al partido que representaba; no quiere decir que éste no fuera merecedor de tan preciada joya.
En la actualidad la mayor parte de las noticias nacen de las ruedas de prensa o bien de las entrevistas o innumerables declaraciones, bien sea en los periódicos, radio o televisión. Antes de 1945, según los mayores que aún viven o fallecieron muy recientemente, los agregados así como las conferencias, no existían. El periodista tenía mucha necesidad de ir a buscar la información. En cambio hoy algunos quedan sentados en la redacción esperando que lleguen las novedades. Si estas por cualquier motivo aparecen antes en otro medio, no sólo el periodista monta en cólera sino que desde ese momento pone cerco a cualquier posterior noticia o hecho acaecido no propiciando su difusión. En Jerez existe un caso que es claro exponente de este periodismo, patético y, sobre todo, cómodo.
Esperar sentados a que llegue la información es recibir una noticia preparada tras la cual casi siempre se oculta algo. Los que ofrecen aquélla no dan, por norma, más de la que quieren que se haga pública. Recientemente con motivo de la dimisión de la concejal del pepé Regla Álvarez, se ha ofrecido la nota de prensa redactada –tengo entendido- de forma muy escueta y aludiendo unos motivos que hasta el momento, incluso después de las aclaraciones pertinentes de la propia protagonista, lo que hace son salpicar aún con mas dudas los verdaderos motivos de su proceder. El NO a la guerra de Irak de Regla Álvarez no deja de ser sorpresivo cuando en verdad parece ser –según otros compañeros de la cúpula de su partido en la provincia- es el décimo lugar que vendría a ocupar en la próxima lista para la alcaldía de Jerez.
Dando como válidos ambos supuestos han de reconocer que Regla Álvarez no ha estado muy acertada; más bien se ha cubierto de una “gloria” que deja al descubierto muchas deficiencias políticas personales; sobre todo la forma de entender, tan personal e interesada, su militancia en el partido. Si el motivo de su dimisión ha sido, según Bernardo Villar, el lugar décimo que ocuparía en la lista a las Municipales están reconociendo, con ello, que dicho lugar no favorece a Álvarez en sus pretensiones de seguir optando a un puesto como concejala en la composición del próximo gobierno municipal. Esto hace presuponer, teniendo en cuenta que Regla Álvarez conoce el resultado de las encuestas encargadas por su propio partido, que en dicha posición en la lista que encabezará María José García Pelayo, tenía menos expectativas que un pavo en Navidad. Con esto queda al descubierto que los resultados electorales del P.P. a la Alcaldía de Jerez no son, a priori, excesivamente buenos.
Por otro lado el No a la guerra de Irak, ahí hemos de darle la razón a la dimisionaria, no debe ni puede ser una negativa colegiada, es o debe de ser más bien una afirmación o negación personal, nadie en conjunto puede imponer un dictamen en la conciencia personal de cada cual. Las disciplinas de equipo, en este caso de partido político, se entienden solo en fútbol y otros deportes donde la unión de esfuerzos hace que la unidad-conjunto triunfe. Lo que ya no sé es si esta dimisión beneficiará o no al PSA –según Pedro Pacheco parece ser que sí- dudo mucho que esto sea así puesto que si a la conciencia de Regla Álvarez le dicta condenar la guerra contra Irak, de la misma manera estimo que, desde el Grupo Independiente, al cual se incorporará, seguirá en otros aspectos postulando por las iniciativas conservadoras que tanto defendió siempre.
Una cosa es clara y esta es que en el pepé acaban de perder al único militante que puede tener en sus filas capaz de gastar muchos zapatos en pos de los intereses vecinales, conoce como pocos el mundo vecinal, se interesó por sus problemas –que no son pocos- y en la medida de sus posibilidades trató siempre de remediarlos. Siempre lo dije, sobre todo cuando mi etapa en la Federación de vecinos, que Regla era una mujer poco afín, por su condición social y de comportamientos, al partido que representaba; no quiere decir que éste no fuera merecedor de tan preciada joya.
Nostalgia de Dios.
Publ.en "Información Jerez" en Enero de 2005.
Mis nostalgias, si es que lo son, pueden ser indiscretas y hasta entrometidas, pero no sé lo que de verdad siento en estos momentos; son recuerdos de cosas y hechos que, aún a pesar de los malos momentos en que ocurrieron, me apetece que vuelvan, aunque solo sea para rectificar yerros pasados. Puede ser que no aprovechara como debiera aquellos tiempos a los que no di excesiva importancia a cosas que ahora valoro en su justa medida. Todos, sobre todo los que han triunfado, escriben de los triunfos pero nadie sobre la historia de lo que pudo haber sido y no fue. ¿Quién escribirá sobre ella?
Mis tristezas se refieren a acontecimientos y experiencias vividas en mi juventud con personas con las que mantuve una relación cordial pero que, sin saber cómo y por qué, se interrumpieron bruscamente. Es algo que me evoca mucha aflicción. En algunos casos estos alejamientos han podido ser debido al “exilio” de ellos por motivos profesionales. Pueden ser los casos de Manolo Ríos, José María Álvarez-Beigbeder, Enrique Rubio y Joaquín Vázquez Lloret, entre otros muchos, que harían esta lista muy extensa.
He citado a personas que hoy disfrutan de un status social muy alto, lo que dice mucho a su favor pues la gran mayoría procedían de familias muy humildes; lo que hace más meritoria su trayectoria humana y profesional. También recuerdo con nostalgia a Hilario Moncayo Aguilera, un joven que hizo el servicio militar con el arriba firmante; fue carrero y un gran amigo, más bien mi hermano. Al finalizar su compromiso castrense marchó a Francia en pos del trabajo que aquí no tenía, nos vimos en un par de ocasiones para luego no vernos más. Era de Alcalá del Valle. Si Dios aún lo mantiene entre nosotros cuánto me gustaría abrazarlo y saber de él.
Cuando llegamos a cierta edad empezamos a notar el encanto de lo retrospectivo, y así como existe un punto de fusión en la música reflejando influencias que pueden ser culturalmente distantes, hay un punto de encanto en ese recorrido, pasado el cual aparece la historia. Mis años mozos, pues, ya son historia donde caben alegrías (todas las que aporta la juventud aunque no sean tales), penas, ausencias. Ahora tengo la desconsolada impresión de haber nacido tarde en este mundo, contrariamente de lo que puede desear cualquiera de mi edad que no se resigna a haber disfrutado de nuestras libertades de ahora cuando aún eran jóvenes. Me hubiera gustado venir al mundo en el siglo XVIII o IXX –uno o dos antes- donde se empezaba a descubrir muchos misterios de la naturaleza. Esa es una de mis muchas nostalgias: no haber tenido la falta de esperanza que cobijaba las almas de aquellos hombres.
Tener nostalgia es echar de menos, no haber tenido una relación más íntima y cercana con determinadas personas, no haber atendido a personas humildes en momentos difíciles –que en nuestra posguerra fueron muchísimos- . Cuando se acerca el final de nuestras vidas, cuando nos decidimos a tirar de la manta, lo hacemos no como signo de amenaza, como para poner al descubierto historias rocambolescas y ocultas durante mucho tiempo, lo hago con el sano propósito de hacer aparecer a unos seres sencillos dentro de su grandeza y que me hubiera gustado volver a ver.
Como dejó dicho Machado en su famoso poema a la muerte de Leonor: “Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería./ Oye otra vez, Dios mío, al corazón clamar./ Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía./ Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar”. Es nostalgia de Dios.
Mis nostalgias, si es que lo son, pueden ser indiscretas y hasta entrometidas, pero no sé lo que de verdad siento en estos momentos; son recuerdos de cosas y hechos que, aún a pesar de los malos momentos en que ocurrieron, me apetece que vuelvan, aunque solo sea para rectificar yerros pasados. Puede ser que no aprovechara como debiera aquellos tiempos a los que no di excesiva importancia a cosas que ahora valoro en su justa medida. Todos, sobre todo los que han triunfado, escriben de los triunfos pero nadie sobre la historia de lo que pudo haber sido y no fue. ¿Quién escribirá sobre ella?
Mis tristezas se refieren a acontecimientos y experiencias vividas en mi juventud con personas con las que mantuve una relación cordial pero que, sin saber cómo y por qué, se interrumpieron bruscamente. Es algo que me evoca mucha aflicción. En algunos casos estos alejamientos han podido ser debido al “exilio” de ellos por motivos profesionales. Pueden ser los casos de Manolo Ríos, José María Álvarez-Beigbeder, Enrique Rubio y Joaquín Vázquez Lloret, entre otros muchos, que harían esta lista muy extensa.
He citado a personas que hoy disfrutan de un status social muy alto, lo que dice mucho a su favor pues la gran mayoría procedían de familias muy humildes; lo que hace más meritoria su trayectoria humana y profesional. También recuerdo con nostalgia a Hilario Moncayo Aguilera, un joven que hizo el servicio militar con el arriba firmante; fue carrero y un gran amigo, más bien mi hermano. Al finalizar su compromiso castrense marchó a Francia en pos del trabajo que aquí no tenía, nos vimos en un par de ocasiones para luego no vernos más. Era de Alcalá del Valle. Si Dios aún lo mantiene entre nosotros cuánto me gustaría abrazarlo y saber de él.
Cuando llegamos a cierta edad empezamos a notar el encanto de lo retrospectivo, y así como existe un punto de fusión en la música reflejando influencias que pueden ser culturalmente distantes, hay un punto de encanto en ese recorrido, pasado el cual aparece la historia. Mis años mozos, pues, ya son historia donde caben alegrías (todas las que aporta la juventud aunque no sean tales), penas, ausencias. Ahora tengo la desconsolada impresión de haber nacido tarde en este mundo, contrariamente de lo que puede desear cualquiera de mi edad que no se resigna a haber disfrutado de nuestras libertades de ahora cuando aún eran jóvenes. Me hubiera gustado venir al mundo en el siglo XVIII o IXX –uno o dos antes- donde se empezaba a descubrir muchos misterios de la naturaleza. Esa es una de mis muchas nostalgias: no haber tenido la falta de esperanza que cobijaba las almas de aquellos hombres.
Tener nostalgia es echar de menos, no haber tenido una relación más íntima y cercana con determinadas personas, no haber atendido a personas humildes en momentos difíciles –que en nuestra posguerra fueron muchísimos- . Cuando se acerca el final de nuestras vidas, cuando nos decidimos a tirar de la manta, lo hacemos no como signo de amenaza, como para poner al descubierto historias rocambolescas y ocultas durante mucho tiempo, lo hago con el sano propósito de hacer aparecer a unos seres sencillos dentro de su grandeza y que me hubiera gustado volver a ver.
Como dejó dicho Machado en su famoso poema a la muerte de Leonor: “Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería./ Oye otra vez, Dios mío, al corazón clamar./ Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía./ Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar”. Es nostalgia de Dios.
Silencios.
Publ. en "Información Jerez" en Mayo ded 2005
No creo que cualquier tiempo pasado siempre fuera mejor; frase contundente en su significado por el adverbio de tiempo “siempre”, tan terminante. No por ser época transcurrida debe de ser, necesariamente, mejor. Cualquier etapa de una vida, mirada y examinada desde la lejanía del tiempo transcurrido, puede tener un encanto más por lo nostálgico que por bondad en exquisiteces. Es la añoranza al recordar seres queridos que se perdieron, tristeza al verte ausente de escenarios -que sin ser buenos cuando se produjeron- los añora, entre otras muchas causas, por las enseñanzas que del mismo se extrajeron con posterioridad. Mucho de esto le falta a la juventud de hoy; no tienen el referente práctico adecuado –solo la teoría, recibida de sus mayores- donde poder cimentar en su justa medida el verdadero valor de las cosas.
Llegada cierta edad la vida es un verdadero atolladero, va faltando tiempo para examinarla con pulcritud y buena medida. No sabes si has hecho excesivas cosas –si las ha hecho bien, o no- o si han quedado otras por hacer. Piensas que lo único que hiciste medio bien fue el amor; aunque no nos engañemos, en la juventud ni eso, solamente ciertas complacencias muy personales e íntimas cuyo deleite quedaba abortado por el miedo a morir con el cerebro ablandado. Eso era lo que nos decían y, claro, hacíamos caso (en ocasiones) porque éramos así de chorlitos. Ocurrieron muchas cosas en nuestra niñez: hizo frío sin manta, hizo calor sin agua, hizo el mundo muchos giros que movió el esperanzado porvenir de los siempre pobres. Nunca se movió aquel mundo –que también fue el nuestro- con la rapidez vertiginosa de la impaciencia febril que nos aquejaba. Nos dolía el alma, sin saber entonces que era aquello que punzaba, y que parecía colgar de las entrañas de nuestros padres. Descubrí el alma por primera vez, como consecuencia de tanto dolor silente y tantas lágrimas de alcoba -llantos más que conversaciones- de luna llena en Andalucía, siempre en silencio.
Aquella juventud era de silencios. Uno se levantaba y decía silencio, comía silencio, te comunicabas con silencios. De esta forma se aplacaban las urgencias, en silencio; que era la mejor forma de sobrellevarlas pacientemente. Si rompías este silencio podías morir sin que nadie se enterara, también en silencio. Era una manera de hacer de tripas corazón. Los niños hacían “pucheros” que no les calentaban el estómago. Nos enseñaban a hacer la señal de la Cruz, a hacer patria, a leer “El Guerrero del antifaz” y su lucha contra los sarracenos, aprendíamos los nombres de todos los reyes godos –sin que faltara uno- y la reconquista a partir de Covadonga. Dejábamos, en silencio, la derecha al peatón; a los sacerdotes tanto una como otra mano. En una palabra, nos ofrecían una cultura con muchos silencios. Aunque pueda parecer mentira se llega a sentir nostalgias de todos estos silencios. Recuerdo a mi tío Antonio allá la verde Galicia; ¡jo! Qué tipo más sensacional, no le imponía silencios nadie ¡recoño! Cuánto me hubiera gustado haberlo conocido más y extraer, más que sabias conclusiones, firmes convicciones.
Conocemos muchos valores que se ponen en práctica: el valor de la felicidad, humildad, flaqueza, fortaleza. Sobre todo el valor de la paz, el de la vitalidad. Poder ser pasajeros y paseantes. Hacer de la extranjerización de nuestro país una posibilidad en base al disfrute de la libertad. Muchos tendrán que hacer cuentas, y también los deberes, por tantas matanzas, por tantos inocentes muertos que no quisieron guardar silencio. Es el estruendo producido por las voces de la libertad.
No creo que cualquier tiempo pasado siempre fuera mejor; frase contundente en su significado por el adverbio de tiempo “siempre”, tan terminante. No por ser época transcurrida debe de ser, necesariamente, mejor. Cualquier etapa de una vida, mirada y examinada desde la lejanía del tiempo transcurrido, puede tener un encanto más por lo nostálgico que por bondad en exquisiteces. Es la añoranza al recordar seres queridos que se perdieron, tristeza al verte ausente de escenarios -que sin ser buenos cuando se produjeron- los añora, entre otras muchas causas, por las enseñanzas que del mismo se extrajeron con posterioridad. Mucho de esto le falta a la juventud de hoy; no tienen el referente práctico adecuado –solo la teoría, recibida de sus mayores- donde poder cimentar en su justa medida el verdadero valor de las cosas.
Llegada cierta edad la vida es un verdadero atolladero, va faltando tiempo para examinarla con pulcritud y buena medida. No sabes si has hecho excesivas cosas –si las ha hecho bien, o no- o si han quedado otras por hacer. Piensas que lo único que hiciste medio bien fue el amor; aunque no nos engañemos, en la juventud ni eso, solamente ciertas complacencias muy personales e íntimas cuyo deleite quedaba abortado por el miedo a morir con el cerebro ablandado. Eso era lo que nos decían y, claro, hacíamos caso (en ocasiones) porque éramos así de chorlitos. Ocurrieron muchas cosas en nuestra niñez: hizo frío sin manta, hizo calor sin agua, hizo el mundo muchos giros que movió el esperanzado porvenir de los siempre pobres. Nunca se movió aquel mundo –que también fue el nuestro- con la rapidez vertiginosa de la impaciencia febril que nos aquejaba. Nos dolía el alma, sin saber entonces que era aquello que punzaba, y que parecía colgar de las entrañas de nuestros padres. Descubrí el alma por primera vez, como consecuencia de tanto dolor silente y tantas lágrimas de alcoba -llantos más que conversaciones- de luna llena en Andalucía, siempre en silencio.
Aquella juventud era de silencios. Uno se levantaba y decía silencio, comía silencio, te comunicabas con silencios. De esta forma se aplacaban las urgencias, en silencio; que era la mejor forma de sobrellevarlas pacientemente. Si rompías este silencio podías morir sin que nadie se enterara, también en silencio. Era una manera de hacer de tripas corazón. Los niños hacían “pucheros” que no les calentaban el estómago. Nos enseñaban a hacer la señal de la Cruz, a hacer patria, a leer “El Guerrero del antifaz” y su lucha contra los sarracenos, aprendíamos los nombres de todos los reyes godos –sin que faltara uno- y la reconquista a partir de Covadonga. Dejábamos, en silencio, la derecha al peatón; a los sacerdotes tanto una como otra mano. En una palabra, nos ofrecían una cultura con muchos silencios. Aunque pueda parecer mentira se llega a sentir nostalgias de todos estos silencios. Recuerdo a mi tío Antonio allá la verde Galicia; ¡jo! Qué tipo más sensacional, no le imponía silencios nadie ¡recoño! Cuánto me hubiera gustado haberlo conocido más y extraer, más que sabias conclusiones, firmes convicciones.
Conocemos muchos valores que se ponen en práctica: el valor de la felicidad, humildad, flaqueza, fortaleza. Sobre todo el valor de la paz, el de la vitalidad. Poder ser pasajeros y paseantes. Hacer de la extranjerización de nuestro país una posibilidad en base al disfrute de la libertad. Muchos tendrán que hacer cuentas, y también los deberes, por tantas matanzas, por tantos inocentes muertos que no quisieron guardar silencio. Es el estruendo producido por las voces de la libertad.
Ni Alejandro ni Ortega.
Publ. en "Información Jerez" el 27.Abril.2004
Genio y figura hasta la sepultura. Nunca mejor dicho esto con referencia al Presidente del Partido Andalucista Alejandro Rojas Marcos. Fue genio -nadie lo discute- por su imaginación; sobre todo a la hora de intrigar, y como quiera que donde fuego hubo rescoldo queda, su pretendida y supuesta dimisión lo hace tomando decisiones no exentas de maquinaciones y maniobras que en un lenguaje más coloquial las catalogaría de chanchullos. Por eso, expira políticamente, como no podía ocurrir de otra forma, con ciertos enredos.
Su relevo de la presidencia del Partido Andalucista se anuncia momentos después de que el Secretario General Antonio Ortega avisara que iba a llevar al próximo Congreso la extinción del cargo de Presidente. Ya se sabe, cuando las conveniencias de Rojas Marcos cuadraban de una forma favorable a sus intereses personales se arropaba en la Secretaría General, y cuando el abrigo se le hacia difícil se cobijaba en la Presidencia. Lo importante era estar en púlpitos desde donde hacer valer su “santa” voluntad, que es lo que siempre hizo. Rojas Marcos sabe que la presidencia –comodín de su dualidad en el manejo político del partido- se le iba a terminar. Por eso inicia una huida hacia adelante y trata de llevar a la militancia y ciudadanos la imagen de un político del cual parte la iniciativa de una nueva refundación. ¡Un jamón con chorreras!
De todos es de sobra conocido que el andalucismo, aunque siempre se haya pregonado como doctrina de progreso, quedó anclado hace bastante tiempo como consecuencia de las disputas y peloteras internas entre los sempiternos mandamases que provocaron, más que pluralidad y libertad en la exposición de los pensamientos, numerosas familias capitaneadas, entre otros, por los distintos alcaldes: Moreno, Patricio, Pacheco, el propio Rojas, etc. Eso no es todo, aquí mismo en Jerez, ya incluso se subdividen las apetencias de poder con nuevas escisiones –recordemos a Pacheco, Hurtado y Andrade que lideran tres partidos andalucistas distintos - que curiosamente no se caracterizan por promover acciones ideológicas distantes entre sí-, es más bien una división, una rotura por donde se pierden energías (y votos) como consecuencia de la falta de entendimiento que existió siempre y existirá entre los andalucistas.
A estas alturas Rojas Marcos ya no va a engañar a nadie, menos aún si piensa que el ser referente dentro del partido por motivos históricos le exime de responsabilidades al decir que “la doble imagen que se está dando le hacia daño al partido”, en referencia clara al sector crítico del mismo, ni tampoco va a rescatar credibilidad en el anunciado próximo Congreso donde pretende presentar de forma oficial su dimisión como presidente. Ahora bien, eso sí, encabezará la lista en las próximas elecciones europeas. Eso que según él su renuncia como presidente “es bueno para el cambio pretendido dentro del partido”.
Tanto Antonio Ortega, Secretario General, como el resto de la ejecutiva del partido han declinado con buen criterio hacer valoraciones en torno a las declaraciones de Rojas Marcos. Ahora bien, sigo pensando que ni Alejandro, ni Ortega…
viernes, 15 de enero de 2010
Una traición de ocho Siglos.
En el transcurrir del tiempo España (más bien la península Ibérica) ha padecido múltiples invasiones que, ciertamente, trajo consigo enriquecimiento de todo tipo; sobre todo cultural, aunque bien es verdad que en el momento estático de estas irrupciones, me imagino, contribuyeron más bien a desasosiego, ansiedad y preocupación. Ocurrió que en el siglo VIII la España visigoda fue invadida con arrolladora fuerza por los musulmanes. En escasos meses dominaron prácticamente la totalidad de la península. Ahora bien, la presencia de miles de monoteístas islámicos no fue debidamente considerada por un pueblo de politeístas cristianos, adoradores de la trilogía de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La invasión marcó profundamente el perfil de los hombres que conformaron, y hoy siguen –en cierta forma - conformando, los pueblos de España.
Puede sorprender, sobre todo a los que aman la historia, puesto que puede ser punto de partida de permanentes ejemplos para las generaciones venideras, que dicha invasión fue producto de una traición llevada a cabo por hombres sin escrúpulos que permitieron, bajo el pretexto de colaboración en una disputa dinástica interna, ocupar con asombrosa rapidez toda la geografía de la península ibérica. Esta traición costó ocho siglos de ocupación. Aquello fue una mariconada por nuestra parte y una putada por la del invasor. Más o menos igual que hace 300 años con lo de Gibraltar; que sigue siendo otra mariconada por aquí y una chulería por allá. A propósito: la fruta sigue sin madurar. Y lo que te rondaré morena. Hay que ver como nos tenían comido el coco los ingleses al respecto muy poco antes de enviar nuestras tropas a Irak, y como nos consumen la sesera tras nuestra retirada de aquellos lugares. ¡Mierda!
Desde hace muchísimos siglos el Estrecho en el Mediterráneo ha sido la llave del Continente Europeo. Los ingleses la poseen ya desde hace trescientos años y aunque las formas y los modos de hacer o prevenir las guerras han cambiado sustancialmente, ellos, por si acaso, festejaran el tricentenario de la colonia unidos a los americanos, que enviarán (o habrán enviado cuando vea la luz estas líneas) una flotilla de la Navy a tal menester. Prefieren esta ensambladura con los americanos que no aquella otra de conformación de una Unión Europea con todos los pueblos que geográficamente la conforman. De vez en cuando nos envían al Peñón alguien de la realeza inglesa o algún político con el propósito de darnos mucho por allí. Nosotros nos cabreamos –quién se cabree- y a joderse tocan. Como dijo Trillo, manda ”güevos”. O como ha dicho Bono: a jurar la Carta Magna, por si acaso.
En fin, las ocupaciones traen consigo que se hacen eternas. La ausencia de una inicial resistencia hispana a esta invasión desde África se vio sustentada por una falta de autoridad central que agrupara esfuerzos de los pueblos peninsulares y las medidas de liberalidad para con los ocupados, fueron los principales motivos de una invasión sin resistencia. El tema de Gibraltar tendría tan solo un tipo de solución que no quiero contemplar por antidemocrático y bárbaro. No merece la pena. Ellos, los ingleses lo saben, y seguirán, como asnos meándose y cagándose encima de todo aquel que sugiera que Gibraltar es español. Mira qué gracia.
Juan Pablo II El Grande.
Descansó Carol Wojtyla del peso excesivamente grande que soportaba sobre su anciana espalda dada su condición de Sumo Pontífice de toda la Cristiandad, y también del sufrimiento añadido que suponía sus males, y que lo sobrellevaba con una entereza digna de elogio. A la hora de su muerte hizo una gran demostración de fe y fue, entre otras muchas razones, claro ejemplo para todos los que todavía no nos enteramos que la vida, por tanto también la muerte, solo es potestad de Dios. De nadie más.
Debido a mis años, que ya van siendo muchos, he pasado por el trance de conocer la muerte de cinco Papas, han sido Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II; este último el único que no era italiano. He de reconocer que me impactaron todos pero especialmente Pío XII porque bajo su reinado pontifical tomé (hice) la Primera Comunión y desde entonces un cuadro con su imagen, recuerdo de dicho evento, presidía la cabecera de mi cama de soltero; Juan XXIII por su ancianidad y porque resultó ser el más innovador a pesar de llegar precedido como Papa para una transición.
Creo que uno de los momentos, si no más feliz sí el más conmovedor y emocionante de su papado, fue el viaje que hizo a Polonia en 2002, visitó la catedral de Wawel, orando poco después ante la tumba de sus padres y hermano en el cementerio de Rakowice, muy cerca del templo catedralicio. Ni que decir tiene que a los polacos les gustaría poseer el cuerpo de su amado hijo descansando en la tierra que le vio nacer. Existe ya cierto conformismo de que ahora, por razones obvias, no será posible hacer realidad este deseo, aunque puede que exista la posibilidad de trasladar los restos de Juan Pablo II en años venideros.
Ya se le está conociendo como “El Grande”, un epíteto que, según tengo entendido, le fue puesto por el Cardenal Angelo Sodano en el texto de la homilía de la primera misa por su alma. Hay por cierto una pequeña anécdota en torno a este tema, el calificativo indicado iba impreso en el escrito que el Vaticano pasó a la prensa con el texto que se iba a pronunciar en la homilía. Este adelanto –embargado- (fue escrito para dicho fin pero no pronunciado) cuando el citado Cardenal lo omitió ya el calificativo de “Juan Pablo II el Grande” había dado la vuelta al mundo. Lo escribió pero no lo dijo, lo omitió, pero el calificativo ya está en la Historia y muchos gobernantes y ciudadanos de a pie lo hacen suyo. El arriba firmante también. Quiero decir, corroboro que es merecedor al epíteto.
No encuentro correcto que se aprovechen estos días para pormenorizar de forma abrupta y maliciosa sobre la Iglesia, y menos aún sobre la figura de Juan Pablo II. Todos los periodistas son libres de expresarse con total libertad pero creo que hay determinadas opiniones que, no siendo hirientes para quienes las pronuncia, si lo son con toda seguridad para otros muchos que profesan y ejercen la religión cristiana, que merecen el máximo respeto. Al arriba firmante, por ejemplo, estos comportamientos le hacen mucho daño.
Toda mi vida he estado batallando entre creer y no creer, es un dilema que me ha perseguido toda mi existencia. Espero que Dios me tenga en cuenta el día que me tenga que juzgar este continuo “guerrillear”. Le pido a Juan Pablo II el Grande que interceda por mí y retire de mi inestable y dubitativo camino en busca de La Verdad a estos críticos. Dudo que puedan tener razón en sus apreciaciones. Han sido millones de fieles de todo el mundo los que se han dado cita en el Vaticano para decirle a Juan Pablo II el último adiós. Por algo será, digo yo. ¿No lo crees Sardá? ¿No lo aprecia así Raola?
Esperanza del mañana.
Publ. "Información Jerez" en Enero de 2005
En estos últimos días se está hablando mucho de la necesidad de explorar el universo a fin, entre otras cosas, de conocer a ciencia cierta como fue el planeta Tierra hace no sé cuantos millones de años. Para ello se está investigando en satélites que están ahora en una fase, no se si llamarle de expansión o formación, muy parecida al que tuvo nuestro planeta tiempos ha. Las ciencias han adelantado, bastante más de lo que pudo haber supuesto Don Hilarión y he aquí que se están recibiendo fotografías e incluso sonidos desde un artilugio (permítanme el nombre) que se ha posado en no se qué lugar del espacio sideral. La misión ha sido todo un éxito y muy pronto estaremos seguros, si es que no lo estábamos ya, de cuando, como y de qué forma tuvo inicio la formación de este planeta de nuestras penas, alegrías y también escarmientos.
Es el momento justo en que la ciencia ficción de paso a la realidad. Se acabaron pues aquellas previsiones de Julio Verne que, aunque a su forma y entendederas, fueron adelantadas a su época. Hoy nos causa risa la forma en que vieron nuestro presente y, sobre todo, los medios con los que pretendieron alcanzarlo. De cualquier manera ellos previeron algo y lo expresaron a su manera pero con mucho tino y acierto, salvando las lógicas distancias y teniendo en cuenta los conocimientos científicos que poseían, más bien insuficientes para tan altos vuelos. Desde entonces sabios, filósofos y hombres de ciencia se explayaron sobre las más diversas teorías e hipótesis en torno al tema de explorar otros universos y saber su ubicación con respecto al nuestro.
Están en estudio o en fase de demostración muchas teorías. Existen estudios e investigaciones en torno –incluso- a universos paralelos; hay quienes dicen que uno sería positivo, seguiríamos ante una de las leyes básicas de la Física, y otro positivo. Uno contrarrestaría la acción del otro, encontrándose así el conjunto en perfecto equilibrio y armonía. Sería en definitiva trasponer o trasladar toda la ciencia molecular y conocimiento del átomo a ese otro macroespacio universal.
La pasión de Verne fue la geografía, el mar, las expediciones a países lejanos y desconocidos. Su novela “Cinco semanas en globo” fue el primero de los cuarenta y tantos relatos de viajes extraordinarios que iba a escribir en cuarenta y cinco años. Tuvo la suerte de tropezar con el editor P.J. Hetzel que, dicho sea de paso, rechazó en un principio el boceto de “Cinco semanas en globo” por mal construido. Verne volvió a escribir la novela que fue, como se sabe, todo un éxito, dando a conocer su nombre a todo el mundo. Pronto, en el año 2008, se conmemorará los cien años de su fallecimiento.
Verne no hacia desembocar a los personajes de la novela en un conocimiento de la Tierra, más bien en una liberación del hombre con respecto a los elementos naturales. “Viaje al centro de la Tierra” sirve para comprobar que la imaginación del autor había sabido conjugar los elementos fantasiosos con los datos científicos del momento. Los que hayamos leído la novela recordaremos que el objetivo de los exploradores de llegar al centro de la Tierra fracasa; conforme van avanzando, las fuerzas naturales se desencadenan y acaban por lanzar a los exploradores por la boca de un volcán llamado Strómboli. Un siglo tan solo nos separa de Verne. No sabemos qué realidad nos deparará con respecto a lo que hoy pueda ser ficción o fantasía el transcurrir de otro siglo. Permitidme un mensaje: Esperanza en el mañana. Pero en todos los aspectos y facetas de la vida.
En estos últimos días se está hablando mucho de la necesidad de explorar el universo a fin, entre otras cosas, de conocer a ciencia cierta como fue el planeta Tierra hace no sé cuantos millones de años. Para ello se está investigando en satélites que están ahora en una fase, no se si llamarle de expansión o formación, muy parecida al que tuvo nuestro planeta tiempos ha. Las ciencias han adelantado, bastante más de lo que pudo haber supuesto Don Hilarión y he aquí que se están recibiendo fotografías e incluso sonidos desde un artilugio (permítanme el nombre) que se ha posado en no se qué lugar del espacio sideral. La misión ha sido todo un éxito y muy pronto estaremos seguros, si es que no lo estábamos ya, de cuando, como y de qué forma tuvo inicio la formación de este planeta de nuestras penas, alegrías y también escarmientos.
Es el momento justo en que la ciencia ficción de paso a la realidad. Se acabaron pues aquellas previsiones de Julio Verne que, aunque a su forma y entendederas, fueron adelantadas a su época. Hoy nos causa risa la forma en que vieron nuestro presente y, sobre todo, los medios con los que pretendieron alcanzarlo. De cualquier manera ellos previeron algo y lo expresaron a su manera pero con mucho tino y acierto, salvando las lógicas distancias y teniendo en cuenta los conocimientos científicos que poseían, más bien insuficientes para tan altos vuelos. Desde entonces sabios, filósofos y hombres de ciencia se explayaron sobre las más diversas teorías e hipótesis en torno al tema de explorar otros universos y saber su ubicación con respecto al nuestro.
Están en estudio o en fase de demostración muchas teorías. Existen estudios e investigaciones en torno –incluso- a universos paralelos; hay quienes dicen que uno sería positivo, seguiríamos ante una de las leyes básicas de la Física, y otro positivo. Uno contrarrestaría la acción del otro, encontrándose así el conjunto en perfecto equilibrio y armonía. Sería en definitiva trasponer o trasladar toda la ciencia molecular y conocimiento del átomo a ese otro macroespacio universal.
La pasión de Verne fue la geografía, el mar, las expediciones a países lejanos y desconocidos. Su novela “Cinco semanas en globo” fue el primero de los cuarenta y tantos relatos de viajes extraordinarios que iba a escribir en cuarenta y cinco años. Tuvo la suerte de tropezar con el editor P.J. Hetzel que, dicho sea de paso, rechazó en un principio el boceto de “Cinco semanas en globo” por mal construido. Verne volvió a escribir la novela que fue, como se sabe, todo un éxito, dando a conocer su nombre a todo el mundo. Pronto, en el año 2008, se conmemorará los cien años de su fallecimiento.
Verne no hacia desembocar a los personajes de la novela en un conocimiento de la Tierra, más bien en una liberación del hombre con respecto a los elementos naturales. “Viaje al centro de la Tierra” sirve para comprobar que la imaginación del autor había sabido conjugar los elementos fantasiosos con los datos científicos del momento. Los que hayamos leído la novela recordaremos que el objetivo de los exploradores de llegar al centro de la Tierra fracasa; conforme van avanzando, las fuerzas naturales se desencadenan y acaban por lanzar a los exploradores por la boca de un volcán llamado Strómboli. Un siglo tan solo nos separa de Verne. No sabemos qué realidad nos deparará con respecto a lo que hoy pueda ser ficción o fantasía el transcurrir de otro siglo. Permitidme un mensaje: Esperanza en el mañana. Pero en todos los aspectos y facetas de la vida.
jueves, 14 de enero de 2010
Cómo alejar al terrorismo.
Publ. en "Información Jerez" en Marzo de 2004.
Reflexiono en todo cuanto aconteció recientemente en Madrid y no puedo suprimir la desazón que mi corazón siente. Las doscientas personas fallecidas son otras tantas voces que claman justicia y castigo. Pero no quisiera dejarme llevar por las percepciones de un ser primitivo, bien es verdad que lo intento y cuando observo que no lo consigo suprimo el salvajismo impreso. Vuelve a mi mente la tragedia de Atocha y entro en una dinámica confusa que me impide totalmente razonar de una forma adecuada; son muchas incógnitas, incomprensiones las que taponan los cauces de toda lógica.
Es claro que cuando los muertos son nuestros nos duelen siete veces más. Nada falta en los funerales de los pobres, de la gente trabajadora, sobre todo cuando estos mueren de una forma trágica. Entonces las honras fúnebres no hacen distingos con aquellos de más alta condición social y económica; todos somos semejantes en la muerte. Lástima que esto no lo entendamos así siempre, solo cuando nos interesa hacerlo o bien cuando ésta se produce en un entorno cercano. Quisiera tener, y voy a conseguirlo, un recuerdo perenne y perdurable hacia todas las víctimas del terrorismo, tanto de aquellos caídos en nuestro territorio como allende nuestras fronteras.
Afectaron nuestro ánimo todos los militares o civiles españoles que han muerto en la guerra de Irak. Pero no seamos hipócritas, los iraquíes muertos en dicha guerra y anterior a la misma –bajo el yugo de Sadam- son igualmente hijos de Dios. Sus familiares, allegados y vecinos, por dicha causa, deben de odiarnos, aborrecernos y somos –no lo dudéis- seres repugnantes ante sus ojos. Basta recordar, por más reciente, la aún no finalizada guerra de Irak, no solo sus muertos, sino la destrucción de sus casas, y gran parte de su riquísimo patrimonio histórico artístico. Toda una barbarie.
Ahora, dado el vuelco que en representación política ha dado nuestro país, no dudo un momento que se retirarán –como era el deseo unánime- nuestras tropas de Irak y por supuesto tendremos que contribuir de forma adecuada a la reconstrucción del país, que de forma tan subrepticia hemos destruido y demolido. Hemos sido cómplices. Pero sin tropas, solo con técnicos civiles y sin ningún otro interés económico soterrado. Existen otras muchas promesas electorales en torno al tema que habrá que consumar. Cosa, de verdad, que no dudo, no por afinidad política sino por creer a pie juntillas en la democracia.
Gran lección democrática la recibida por el Partido Popular que tan solo en tres días perdió abrumadoramente estas elecciones generales. Espero que los socialistas, de una reflexión serena y calmosa, saquen las líneas maestras para combatir el terrorismo, que creo no es otra que aquella de no infligir y ocasionar, sobre todo si se trata de pueblos oprimidos, lo que no quisiera nunca que a nosotros nos ocurriera. Desde ese momento empezaríamos a ganar la batalla contra el terror; cuando menos el dimanante de los países islámicos. El de ETA necesitaría, por razones obvias, otro tipo de análisis y que ahora no vienen al caso.
Reflexiono en todo cuanto aconteció recientemente en Madrid y no puedo suprimir la desazón que mi corazón siente. Las doscientas personas fallecidas son otras tantas voces que claman justicia y castigo. Pero no quisiera dejarme llevar por las percepciones de un ser primitivo, bien es verdad que lo intento y cuando observo que no lo consigo suprimo el salvajismo impreso. Vuelve a mi mente la tragedia de Atocha y entro en una dinámica confusa que me impide totalmente razonar de una forma adecuada; son muchas incógnitas, incomprensiones las que taponan los cauces de toda lógica.
Es claro que cuando los muertos son nuestros nos duelen siete veces más. Nada falta en los funerales de los pobres, de la gente trabajadora, sobre todo cuando estos mueren de una forma trágica. Entonces las honras fúnebres no hacen distingos con aquellos de más alta condición social y económica; todos somos semejantes en la muerte. Lástima que esto no lo entendamos así siempre, solo cuando nos interesa hacerlo o bien cuando ésta se produce en un entorno cercano. Quisiera tener, y voy a conseguirlo, un recuerdo perenne y perdurable hacia todas las víctimas del terrorismo, tanto de aquellos caídos en nuestro territorio como allende nuestras fronteras.
Afectaron nuestro ánimo todos los militares o civiles españoles que han muerto en la guerra de Irak. Pero no seamos hipócritas, los iraquíes muertos en dicha guerra y anterior a la misma –bajo el yugo de Sadam- son igualmente hijos de Dios. Sus familiares, allegados y vecinos, por dicha causa, deben de odiarnos, aborrecernos y somos –no lo dudéis- seres repugnantes ante sus ojos. Basta recordar, por más reciente, la aún no finalizada guerra de Irak, no solo sus muertos, sino la destrucción de sus casas, y gran parte de su riquísimo patrimonio histórico artístico. Toda una barbarie.
Ahora, dado el vuelco que en representación política ha dado nuestro país, no dudo un momento que se retirarán –como era el deseo unánime- nuestras tropas de Irak y por supuesto tendremos que contribuir de forma adecuada a la reconstrucción del país, que de forma tan subrepticia hemos destruido y demolido. Hemos sido cómplices. Pero sin tropas, solo con técnicos civiles y sin ningún otro interés económico soterrado. Existen otras muchas promesas electorales en torno al tema que habrá que consumar. Cosa, de verdad, que no dudo, no por afinidad política sino por creer a pie juntillas en la democracia.
Gran lección democrática la recibida por el Partido Popular que tan solo en tres días perdió abrumadoramente estas elecciones generales. Espero que los socialistas, de una reflexión serena y calmosa, saquen las líneas maestras para combatir el terrorismo, que creo no es otra que aquella de no infligir y ocasionar, sobre todo si se trata de pueblos oprimidos, lo que no quisiera nunca que a nosotros nos ocurriera. Desde ese momento empezaríamos a ganar la batalla contra el terror; cuando menos el dimanante de los países islámicos. El de ETA necesitaría, por razones obvias, otro tipo de análisis y que ahora no vienen al caso.
Aquellos viejos rockeros.
Publ.en "Información Jerez" en Abrilo de 2004
Hace ya algún tiempo, al menos tres años, que me desvinculé del movimiento vecinal a nivel federativo. Hecho de menos, justo es decirlo, la lucha diaria en pos de viviendas dignas, equipamientos escolares y sanitarios, la defensa de una política de consumo que garantice los derechos del consumidor en el marco de un desarrollo económico y que respete el medio ambiente, entre otros muchos asuntos; vigilancia del aumento de los precios y, sobre todo, prestar especial atención a los colectivos de mujeres. Observo a los dirigentes vecinales impávidos ante la escalada de precios desde que apareció el euro en escena, el “redondeo” es descarado y un simple desayuno –café y media tostada- tiene un costo actual de doscientas cincuenta pesetas (1.50 euros). Se está perdiendo poder adquisitivo, sobre todo por parte de los pensionistas, cuyas actualizaciones anuales presumo no se corresponden con la realidad.
Es verdad que hoy estos representantes vecinales se han olvidado mucho no solo de los conceptos expuestos anteriormente sino también de otros muchos que ya, parece ser, está restando bastante credibilidad al movimiento vecinal. Me duele mucho que esto ocurra y solo la edad me apartó de la lucha, no porque me faltaran fuerzas para seguir en la brecha sino porque, más bien, existió una inclinación –más bien una corriente política- que aconsejaba la renovación por un cuadro directivo más joven dentro de “Solidaridad”. Puedo parecer pedante o presumido pero lo que en teoría parecía necesario ha resultado en la práctica un desatino.
Hay muchísima tela que hilar a fin de emprender programas y acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos, sobre todo para denunciar los abusos a que se ven sometidos en la sociedad de mercado y fomentar campañas encaminadas a cambiar las desigualdades y privilegios que aún existen. Nos estamos olvidando de la lucha en pos de una reducción del IVA en bienes de consumo; de los portavoces de la Plataforma estatal en Defensa de la Sanidad Pública; las Listas de Espera –de hasta seis meses- en la Seguridad Social; información más exhaustiva sobre la Ley de Propiedad Horizontal y, entre otras muchas reivindicaciones, mayor información e infraestructura –sobre todo contenedores en el hogar- para el reciclado de los distintos residuos.
Haciendo un poco de historia entre 1968 y 1977 se constituyen en España más de 1000 asociaciones de vecinos, aunque en verdad la mayoría de edad de estos colectivos se logra con la creación de las federaciones. Viene a mi memoria la lucha contra los aumentos de precio –la carestía de la vida- que reúne en Madrid a 100.000 personas en una manifestación sin precedentes. Esto desapareció, el ciudadano –sobre todo el dirigente vecinal- se ha vuelto cómodo, cree tenerlo todo hecho; solo quedan dignas excepciones: Jesús Palomo, al que me planté en más de una ocasión, más por cuestiones de credo político que por reconocimiento de un trabajo, el suyo, excelentemente hecho; Pepe Saborído (no habrá otro presidente como él); Luis Valle en su dualidad Solidaridad/Pedro Palma, entre otros. Son como los viejos roqueros, aquellos que nunca mueren.
Hace ya algún tiempo, al menos tres años, que me desvinculé del movimiento vecinal a nivel federativo. Hecho de menos, justo es decirlo, la lucha diaria en pos de viviendas dignas, equipamientos escolares y sanitarios, la defensa de una política de consumo que garantice los derechos del consumidor en el marco de un desarrollo económico y que respete el medio ambiente, entre otros muchos asuntos; vigilancia del aumento de los precios y, sobre todo, prestar especial atención a los colectivos de mujeres. Observo a los dirigentes vecinales impávidos ante la escalada de precios desde que apareció el euro en escena, el “redondeo” es descarado y un simple desayuno –café y media tostada- tiene un costo actual de doscientas cincuenta pesetas (1.50 euros). Se está perdiendo poder adquisitivo, sobre todo por parte de los pensionistas, cuyas actualizaciones anuales presumo no se corresponden con la realidad.
Es verdad que hoy estos representantes vecinales se han olvidado mucho no solo de los conceptos expuestos anteriormente sino también de otros muchos que ya, parece ser, está restando bastante credibilidad al movimiento vecinal. Me duele mucho que esto ocurra y solo la edad me apartó de la lucha, no porque me faltaran fuerzas para seguir en la brecha sino porque, más bien, existió una inclinación –más bien una corriente política- que aconsejaba la renovación por un cuadro directivo más joven dentro de “Solidaridad”. Puedo parecer pedante o presumido pero lo que en teoría parecía necesario ha resultado en la práctica un desatino.
Hay muchísima tela que hilar a fin de emprender programas y acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos, sobre todo para denunciar los abusos a que se ven sometidos en la sociedad de mercado y fomentar campañas encaminadas a cambiar las desigualdades y privilegios que aún existen. Nos estamos olvidando de la lucha en pos de una reducción del IVA en bienes de consumo; de los portavoces de la Plataforma estatal en Defensa de la Sanidad Pública; las Listas de Espera –de hasta seis meses- en la Seguridad Social; información más exhaustiva sobre la Ley de Propiedad Horizontal y, entre otras muchas reivindicaciones, mayor información e infraestructura –sobre todo contenedores en el hogar- para el reciclado de los distintos residuos.
Haciendo un poco de historia entre 1968 y 1977 se constituyen en España más de 1000 asociaciones de vecinos, aunque en verdad la mayoría de edad de estos colectivos se logra con la creación de las federaciones. Viene a mi memoria la lucha contra los aumentos de precio –la carestía de la vida- que reúne en Madrid a 100.000 personas en una manifestación sin precedentes. Esto desapareció, el ciudadano –sobre todo el dirigente vecinal- se ha vuelto cómodo, cree tenerlo todo hecho; solo quedan dignas excepciones: Jesús Palomo, al que me planté en más de una ocasión, más por cuestiones de credo político que por reconocimiento de un trabajo, el suyo, excelentemente hecho; Pepe Saborído (no habrá otro presidente como él); Luis Valle en su dualidad Solidaridad/Pedro Palma, entre otros. Son como los viejos roqueros, aquellos que nunca mueren.
Momento Histórico.
Publ."Información Jerez" en Abril de 2004
Ya se sabía que caso de ganar las elecciones generales el partido socialista –como así ha sido- se iban a experimentar grandes cambios en la política española, entre otros muchos motivos como consecuencia de todas las promesas que suelen hacerse cuando se está en campaña electoral. En esto también hay que reconocer que la madurez democrática hace que no se prometan acciones que ya, de antemano, se sabe será imposible de llevarlas a cabo, no porque no se tengan grandes deseos de ello sino porque aún poseyéndolos pueden existir situaciones que impidan realizarlas. Entonces, mejor no asegurarlas. Rodríguez Zapatero ha tomado una decisión valiente y retirará nuestras tropas de Irak.
Aparte de todo esto y aunque algunos demagogos quieran hacer ver que la derecha y la izquierda son posiciones teóricas, que en la práctica son una misma cosa, afortunadamente no es así y distan entre sí grandes pozas doctrinales que los separan. Nos encontramos en una España con el terreno político allanado por la acción de cinco legislaturas, donde gobernaron tres signos políticos distintos, y con el paso de algún que otro “rodillo”, la superficie terrera que teníamos hace algunos años se ha convertido en una base compacta, bien cimentada donde se erigen instituciones firmes y erguidas. A las primeras de cambio hemos podido comprobar, también, cómo algunos de los compromisos del candidato Rodríguez Zapatero –hoy presidente electo de todos los españoles- se dispone a cumplir –cosa que ha sorprendido incluso a los propios políticos- con el compromiso que creíamos más escabroso y dificultoso de llevar a cabo: retirar nuestras tropas de Irak.
No cabe la menor duda que los atentados del 11 M. influyeron en los resultados de las elecciones. Pero ojo, no nos engañemos, sin este cambio no se hubiera podido concebir jamás una mínima esperanza de alejarnos del polvorín que supone Irak; tal era la tozudez incomprensible de un hombre inteligente donde los haya, como es el caso del ex presidente Aznar, pero terco como él solo. A lo mejor puede ocurrir que no veamos dos palmos más allá de nuestros ojos, tal vez –quién sabe- deslumbrado por la brillantez de su mandato. Pero, eso sí, no precisamente al proceder de espalda al pueblo, en contra de su voluntad, y de aquella otra de Organismos Superiores internacionales, enviando tropas a Irak de motu propio.
Convengo, lo cual quiero decir que me adhiero, a las declaraciones del vicepresidente de la Comunidad Castilla-La Mancha, José María Barreda, que no sería abusivo utilizar el calificativo de “momento histórico” para referirse al instante que se está viviendo en España y que ha sido más que un simple cambio político. “han concurrido circunstancias que afectan al país, a Europa y al mundo”, Los socialistas españoles han sido protagonistas de dos momentos históricos; el conocido como primer cambio que protagonizó Felipe González sentando las bases para una España más social y equiibrada, y este otro que de la mano de Zapatero puede afrontar situaciones que hasta ahora resultaron tabú y que afectaran a las autonomías y hasta, posiblemente, someter nuestra Constitución a revisión y actualización.
Ya se sabía que caso de ganar las elecciones generales el partido socialista –como así ha sido- se iban a experimentar grandes cambios en la política española, entre otros muchos motivos como consecuencia de todas las promesas que suelen hacerse cuando se está en campaña electoral. En esto también hay que reconocer que la madurez democrática hace que no se prometan acciones que ya, de antemano, se sabe será imposible de llevarlas a cabo, no porque no se tengan grandes deseos de ello sino porque aún poseyéndolos pueden existir situaciones que impidan realizarlas. Entonces, mejor no asegurarlas. Rodríguez Zapatero ha tomado una decisión valiente y retirará nuestras tropas de Irak.
Aparte de todo esto y aunque algunos demagogos quieran hacer ver que la derecha y la izquierda son posiciones teóricas, que en la práctica son una misma cosa, afortunadamente no es así y distan entre sí grandes pozas doctrinales que los separan. Nos encontramos en una España con el terreno político allanado por la acción de cinco legislaturas, donde gobernaron tres signos políticos distintos, y con el paso de algún que otro “rodillo”, la superficie terrera que teníamos hace algunos años se ha convertido en una base compacta, bien cimentada donde se erigen instituciones firmes y erguidas. A las primeras de cambio hemos podido comprobar, también, cómo algunos de los compromisos del candidato Rodríguez Zapatero –hoy presidente electo de todos los españoles- se dispone a cumplir –cosa que ha sorprendido incluso a los propios políticos- con el compromiso que creíamos más escabroso y dificultoso de llevar a cabo: retirar nuestras tropas de Irak.
No cabe la menor duda que los atentados del 11 M. influyeron en los resultados de las elecciones. Pero ojo, no nos engañemos, sin este cambio no se hubiera podido concebir jamás una mínima esperanza de alejarnos del polvorín que supone Irak; tal era la tozudez incomprensible de un hombre inteligente donde los haya, como es el caso del ex presidente Aznar, pero terco como él solo. A lo mejor puede ocurrir que no veamos dos palmos más allá de nuestros ojos, tal vez –quién sabe- deslumbrado por la brillantez de su mandato. Pero, eso sí, no precisamente al proceder de espalda al pueblo, en contra de su voluntad, y de aquella otra de Organismos Superiores internacionales, enviando tropas a Irak de motu propio.
Convengo, lo cual quiero decir que me adhiero, a las declaraciones del vicepresidente de la Comunidad Castilla-La Mancha, José María Barreda, que no sería abusivo utilizar el calificativo de “momento histórico” para referirse al instante que se está viviendo en España y que ha sido más que un simple cambio político. “han concurrido circunstancias que afectan al país, a Europa y al mundo”, Los socialistas españoles han sido protagonistas de dos momentos históricos; el conocido como primer cambio que protagonizó Felipe González sentando las bases para una España más social y equiibrada, y este otro que de la mano de Zapatero puede afrontar situaciones que hasta ahora resultaron tabú y que afectaran a las autonomías y hasta, posiblemente, someter nuestra Constitución a revisión y actualización.
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