miércoles, 27 de enero de 2010

Retales de mis lecturas.

Publicado en "Información Jerez" en Enero de 2004

A mis hijos para que sepan inculcar
a los suyos la preciada dádiva de la lectura.

He de confesar que siendo muy joven, tal vez tuviera no más de 15 o 16 años, leía muchas novelas de “El Coyote”; aquel personaje mexicano y legendario que hacia las delicias, por qué negarlo, del arriba firmante, así como también aquellas otras cuya trama, como su nombre indicaba, se centraba en la Central de Inteligencia Americana, eran las novelas del F.B.I. cuyos personajes, agentes secretos, superaban todo tipo de dificultades y siempre salían victoriosos de sus inauditas y difíciles misiones. Eran, sin duda, caldo de cultivo para futuros lectores en germen.

Recuerdo que de la serie “El Coyote” solía rechazar todas las novelas que no estuvieran escritas por José Mallorquí. Era santa devoción la que le profesaba –y le sigo reconociendo- a este autor de novelas cortas. Más tarde he llegado a conocer que el novelista contribuyó como traductor, junto a Hipkiss, de las novelas de La sombra, Hill Barnes o Doc Savage. José Mallorquí, cuando aún en España apenas si se conocían las novelas de ciencia ficción, se percató de ello y propuso un ambicioso proyecto que llevó a cabo más bien mal; como bien pudo. Prácticamente ninguna editorial española se interesó de esta propuesta que tan buenos dividendos y fama ha prodigado a novelistas posteriores. Tan solo una editorial le permitió llevar a cabo este programa pero con la condición que le entregara el trabajo prácticamente terminado, incluso incluyendo las portadas. La gran mayoría de números de la colección "Futuro" fueron escritas por José Mallorquí y adaptó, más bien como le vino en gana, muchas novelas de ficción anglo sajonas, utilizando algunos pseudónimos tales como J, Hill.
Aparte del personaje El Coyote me atrevería a decir que José Mallorquí sintió verdadera predilección por el capitán Rido, héroe de todo el comienzo de la colección Futuro. Su figura, siempre cerca de la del comandante Kirk de la nave espacial Enterprise en su afán de conquistar el espacio. Mallorquí catalogaba a su personaje como un héroe romántico. “Él, como los viejos navegantes del siglo XV, conducía su nave con las manos sobre las palancas de sus timones”.

Con los comienzos de la novela popular la gran mayoría de los géneros: aventuras exóticas, novelas rosa, clásicos del folletín, historias de detectives y las inmortales novelas del oeste americano, fueron tocados y tratados ampliamente. La ciencia ficción, como he dejado entrever, no tuvo excesivo éxito en aquellos momentos y los autores que se atrevieron a escribir sobre el tema no resistieron de ninguna manera y forma el paso del tiempo. Me parece ilusionante que, sobre todo la prensa nacional, esté incorporando a sus suplementos narraciones en formato “tebeo” de aquellos personajes que hicieron sumamente felices a todos los niños de la post guerra civil española.
Me pregunto muchas veces con qué tipo de lectura se inician los adolescentes del presente. Puede que sea un perfecto desconocedor de los gustos que nuestros chavales de hoy poseen. Pero estoy totalmente seguro que tienen más medios a su alcance que los que poseíamos los de mi edad, pero me llama poderosamente la atención que se estén reeditando constantemente –por cierto a precio desorbitado- publicaciones de la década de los cuarenta y cincuenta, en formato de álbum, dirigidas más bien a captar añoranzas y nostalgias de nuestra lejana adolescencia que embarcar a los niños de hoy en el saludable propósito de la lectura

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